Campeche

Inauguran II Congreso Palmero Mexicano

La palma africana en el país está establecida en una superficie de 101 mil 753.22 hectáreas, que representaron una producción primaria del fruto de 983 mil 673.5 toneladas e ingresos por mil 506 millones 600 mil pesos, que beneficiaron a 20 mil familias mexicanas, según se expuso durante la inauguración del II Congreso Palmero Mexicano y la VIII Conferencia Latinoamericana de la Mesa Redonda Sobre el Aceite de Palma Sostenible (RSPO) México 2020.

La sustentabilidad ambiental y el desarrollo económico fueron los ejes planteados de la producción de palma de aceite en México durante el inicio del II Congreso y la VIII Conferencia, cuya inauguración corrió a cargo del presidente de la Federación Mexicana de Palma de Aceite (Femexpalma), José Luis Pérez Vázquez Aldana, y el Gobernador del Estado, Carlos Miguel Aysa González.

Estas actividades, que también sirvieron de marco para que el presidente de la Femexpalma rindiera su informe anual, tuvieron como propósito validar la sustentabilidad del cultivo, que a decir en el caso de Campeche fue establecido ya en más de 33 mil hectáreas y se cuenta con dos plantas de beneficio.

¿Sustentable?

Este año las actividades y conferencias (del 3 al 5 de febrero) de los grandes productores de palma de aceite de México y Latinoamérica se llevaron bajo el lema “Por un sector palmero productivo, competitivo y sustentable” y tuvieron como propósito validar la sustentabilidad del cultivo.

Durante la inauguración del evento internacional, en el que participan 700 productores, investigadores, consultores de Nicaragua, Perú, Honduras, Nigeria, Estados Unidos, Colombia y Guatemala, se planteó impulsar un espacio para compartir las estrategias, perspectivas, experiencias y casos de éxito de una producción competitiva y responsable en la Agroindustria Latinoamericana de Palma de Aceite, buscando sobre todo resaltar los puntos de coincidencia que permitan unificar bajo una visión de sostenibilidad al sector situado en esta amplia región.

El presidente de Femexpalma, José Luis Pérez Vázquez Aldana, explicó que el panorama en el 2020 para el Estado es bastante interesante para el cultivo palmícola, porque en Campeche hay mas 33 mil hectáreas establecidas en la Zona Sur.

“Referente al tema, podemos decir que la palma se ha convertido en un catalizador de desarrollo muy importante para la región, ello por la capacidad de desarrollo de empleos, por eso el evento que tenemos hoy podemos decir es bien importante al ser un Congreso con más de 700 asistentes de 15 países y productores de los cuatro estados de la región sursureste”, comentó.

Asimismo, indicó que en el caso de Campeche se ha intentado ser amigable con el medio ambiente, por lo cual la gran mayoría de las 30 mil hectáreas ya sembradas se han instalado en espacios utilizados anteriormente para otras actividades del sector agropecuario, como lo son la siembra de arroz y la ganadería.

Impacto ambiental

El II Congreso Palmero Mexicano y la VIII Conferencia Latinoamericana RSPO México 2020 tienen lugar cuando a nivel internacional prevalece el rechazo a esta actividad, debido a que supuestamente ha significado que año tras año sean devastadas enormes superficies de selva, con la consecuente pérdida de especies animales.

Se afirma que la expansión del cultivo de palma africana de aceite (Elaeis guineensis) está generando un enorme impacto ambiental a nivel mundial, muy agudizado en países del Sudeste Asiático y América Latina, donde estas plantaciones están substituyendo en un 40 % a los bosques tropicales y en un 32 % a los pastos naturales y las áreas de cultivo de grano básico, según una investigación realizada por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), que establece que en países como Guatemala la expansión de la palma aceitera ha aumentado en un 600 % en la última década.

Los científicos alertan que este tipo de cultivos genera consecuencias devastadoras en los suelos transformando grandes hectáreas de tierras en infértiles y, en algunos casos, inutilizables.

La pérdida de biodiversidad, la desaparición del hábitat de especies, como los gorilas, y la contaminación de las aguas y del aire por los grandes incendios, son algunos de los impactos ambientales más controvertidos y conocidos hasta ahora provocados por las plantaciones de la palma aceitera, que también tiene efectos nocivos para la salud de las personas.

El fracaso de “Alito”

El establecimiento del cultivo de palma de aceite en Campeche inició durante la administración de Fernando Ortega Bernés, aunque ya se habían hecho ensayos en años anteriores; sin embargo, fue durante el gobierno de Alejandro Moreno Cárdenas y al final de la administración del ahora ex presidente Enrique Peña Nieto, que se trató de dar un gran impulso al monocultivo.

La osadía de Moreno Cárdenas fue tal que aseguró que Campeche se convertiría en el primer productor de palma de aceite del país. Hoy sin embargo la realidad es otra, pues el proyecto intensivo de la oleaginosa, anunciado al inicio del desgobierno de Moreno Cárdenas, se tambalea, al grado de que las plantas están operando al mínimo de su capacidad.

Como es de suponerse, el proyecto emblema agroindustrial de “Alito” fracasó –al menos en la forma en que él lo concibió-, pues no se hizo posible la inversión prometida de 18 mil 900 millones de pesos para el establecimiento estratégico del cultivo, en una superficie de 100 mil hectáreas.

Sin embargo, a nivel nacional, este cultivo ha tenido otra suerte, ya que según datos del Gobierno Federal y los agroindustriales de la palma de aceite, esta actividad tuvo un crecimiento significativo en los últimos veinte años en los estados del sur-sureste mexicano: Tabasco, Chiapas, Campeche y Veracruz.

Según cifras oficiales del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), la superficie sembrada de palma de aceite es de más de 100 mil hectáreas, así como la operación de 17 plantas extractoras de aceite de palma en la región.

También es necesario mencionar que, a pesar de esto, el sector palmero nacional solamente aporta alrededor del 30 % del consumo total del país, situación que obliga a la industria mexicana a importar 437 mil 070 toneladas de aceite de palma con un valor de 320 millones de dólares.

Para Campeche, este cultivo ha representado desde hace varios años un importante motor de desarrollo económico y estabilidad social, ya que varias de sus regiones cuentan con las condiciones necesarias para el crecimiento de este cultivo oleaginoso, lo que ha permitido que se haya alcanzado en la entidad una superficie sembrada de más de 25 mil hectáreas de palma de aceite en seis de sus 11 municipios.

Perspectiva de agricultores

“Debemos decir que en nuestro país realmente la palma se ha establecido en donde se registraron sustituciones de cultivos, entonces podemos decir que se ha suplido a la ganadería y arrozales, pero también es importante aceptar que algunos conocimientos y métodos de producción son nuevos para los interesados en el sector agroindustrial”, comentó el presidente de la Femexpalma.

Detalló que en aspectos de conocimiento del cultivo, la palma de aceite es prácticamente nueva para la región, por lo cual aseguró que se deben seguir privilegiando la capacitación y el seguimiento a las actividades de los pequeños productores, para que éstos conozcan la planta y se dé un cultivo responsable y redituable.

“El día de hoy comenzamos a cambiar esa sintonía de desinformación para que conozcan cuáles son las mejores prácticas agronómicas, buscando generar un impacto menor al medio ambiente y tener producciones sustentables”, destacó.

Igual resaltó que lo producido hoy en México tiene un equivalente a un aproximado de mil 500 millones de pesos, eso en producción primaria, donde sólo se comercializa la fruta a las plantas de transformación de la materia prima, por lo que si saltan a los siguientes escalones las ganancias ya se deberían multiplicar por tres o por cuatro.

Asimismo, enfatizó en que también los recursos y beneficios no se perciben de forma inmediata, esto al revelar que cuando se establece la palma, ésta tarda de 3 a 4 años para ser cosechada; posteriormente se tiene una vida comercial de 20 a 25 años por la altura de palma, siendo ese momento cuando se debe renovar el cultivo.

“En Campeche tenemos plantas jóvenes que alcanzarán su producción más redituable hasta 2021, esto significa que en el Estado se siguen mejorando las planeaciones y la producción, luego de eso, de manera ordenada”.

También aseguró que los productos producidos de la oleaginosa son utilizados en mayor medida en los mercados de la industria alimenticia y poco en la química, que se deriva en la producción de resinas, resistoles y pinturas.

Participación de Aysa González

Por su parte, el Gobernador de Campeche, Carlos Miguel Aysa González dijo que es un gusto y un honor tener el II Congreso Palmero y la VIII Mesa Redonda de Aceite de Palma sostenible en la capital de la entidad.

“Es uno de los cultivos con mayor futuro, porque son escenarios de impulso del sector privado y social, esto con desarrollo sustentable como actividad productiva, por eso al tener el día de hoy la participación de todos los representantes, se construye un mejor futuro para crear un nuevo horizonte para el campo, dándole más justicia y productividad”, destacó.

Agregó que todo lo mencionado debe significar un cambio, por lo cual ratificó el apoyo del Gobierno Federal a la actividad, desde el sector privado y social, añadiendo que con el esfuerzo de todos los interesados se fortalecen las cadenas productivas y se le da mayor valor a la economía de Campeche.

(D. Vázquez / J. Vargas)