ISLA ARENA, Calkiní, Cam., 19 de abril.- La depredación de las especies marinas no para. A los que se dedican a esta ilícita actividad, que les reditúa cuantiosas ganancias, poco les importa lo que pueda suceder con el COVID-19. Además, el Gobierno no ha puesto mano dura para combatir este problema que afecta tanto a la comunidad pesquera.
Siempre se ha dicho que lo ilegal es lo que deja más recursos económicos y la depredación de especies marinas no es la excepción.
Los pescadores furtivos siempre han arriesgado sus vidas para poder conseguir las especies que luego comercializan a buen precio.
La contingencia sanitaria no los ha frenado, pues aprovechan la oportunidad de que la autoridad se encuentra ocupada en otra situación para hacer de las suyas, sin riesgo de ser aprehendidos.
Es lamentable que cada vez la situación sea peor; lo único que les interesa es el recurso económico mediante la captura ilegal de especies marinas, entre éstas el pulpo.
Al estar en veda, el octópodo se vuelve más cotizado y perseguido por los pescadores furtivos, que luego lo comercializan en el mercado negro, donde su costo se eleva.
Sin embargo, las autoridades han permitido que la depredación crezca en un rango exagerado, porque no aplican la ley como debe de ser.
Mientras los ciudadanos se encuentran en cuarentena, como han establecido las autoridades de Salud, los pescadores furtivos continúan saqueando y depredando en las aguas del Golfo de México, pues para ellos no existe ley que se le enfrente.
Hombres de mar entrevistados, comentaron que la pesca ilegal ha disminuido, porque los mercados claves en el vecino Estado de Yucatán no están comprando por la contingencia, lo cierto que el comercio sigue sin parar, porque para ello hay bodegas para el almacenaje de las especies marinas depredadas.
Hay la esperanza, dijeron, de que las autoridades se pongan las pilas y aprovechen este periodo de prevención sanitaria para caerle de sorpresa a los depredadores y aplicarles todo el peso de la ley
. (Jorge Aké Gutiérrez)