DZITBALCHE, Cam., 5 de abril.– Con la entrada triunfal de Jesús a la ciudad santa de Jerusalén, iniciaron las actividades de la Semana Mayor, con la bendición de palmas este domingo por parte del párroco José Luis Yeh Ehuán, en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de María de la ciudad de Dzitbalché, ante la presencia de numerosos creyentes.
Posteriormente en su homilía, Yeh Ehuán destacó: hermanos, este es un desafío de la enfermedad, de lo que está pasando, por lo que debemos depositar nuestra confianza en Dios nuestro Señor, esa confianza que podemos decir de los que han venido a misa venciendo muchas cosas, principalmente el miedo a la enfermedad.
Pero hay la confianza en Dios de los que están presentes en este domingo; aquí la enfermedad entra porque las puertas de la iglesia están abiertas, para todo el que quiera venir a adorar al Señor, indicó.
Si la gente no va a la iglesia, es porque no confía en Dios. La enfermedad, quién la manda; de qué sirve quedarse en casa y salvar el cuerpo si el alma está llena de pecados, es cuando debemos estar más cerca de Dios por las cosas que están ocurriendo.
Cerca de Dios estamos bien iluminados, lejos de Él estamos en las tinieblas, expresó el párroco.
Festejamos a Jesús de Nazaret, Hosanna el que viene en el nombre del Señor. Recordemos la pasión y muerte de Jesús, Él lo hizo por amor, ya que murió en la cruz después de que Pilato liberó a Barrabás y entregó a Cristo a los fariseos sin tener culpa.
Lo hizo Jesús por amor a cada uno de nosotros, Dios nos está permitiendo esta Semana Mayor, la más grande del año, en que los sumo sacerdotes le decían: sálvate; ¿no que eres el rey de los judíos?, y aunque tenemos una amenaza mundial, la pandemia del Coronavirus, pero aquí estamos presentes.
Y Jesús decía Eli, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me haz abandonado?, fueron las palabras mientras estaba siendo crucificado en manos de los judíos y Él sabía lo que le iba a pasar en su entrada triunfal a tierra santa, señaló.
Vamos cada uno de nosotros a disponer nuestros corazones, a levantar la mirada hacia nuestro Padre Dios que nos regala todos los días esa misericordia y amor, nos debe comprometer en estos días santos, por medio de nuestra actitud, llevar a estas gentes olvidadas de Dios, a demostrar con hechos hacia nuestros semejantes sólo por la gracia de Dios.
Este es el momento; unámonos y acompañemos a Jesús en su pasión y comprometernos con Él, finalizó su mensaje.
(Néstor Cuevas)