HOPELCHEN, Cam., 1 de mayo.- Con el izamiento de nuestro lábaro patrio en el astabandera ubicado en el parque Serapio Baqueiro Preve o de Los Cinco Pozos, se conmemoró el Día Internacional del Trabajo, en recuerdo a los obreros de la ciudad de Chicago, Estados Unidos de Norteamérica, que en 1886 iniciaron la lucha por mejores salarios y jornadas de trabajo justas, que derivó en la muerte de varios de ellos. El episodio se conoce como la lucha de los Mártires de Chicago.
Sencilla fue la ceremonia de izamiento de la Bandera, ya que este espacio recreativo está cerrado al público como parte de las medidas preventivas por el COVID-19. Nuestro pendón tricolor ondeó en todo lo alto en alusión a la lucha obrera que actualmente tiene reconocimiento en las leyes laborales que han evolucionado por el paso de los años, una lucha que inició en la Unión Americana y que en nuestro país tuvo repercusiones en Cananea y Río Blanco, como parte de la solidaridad de la clase obrera por conquistar sus derechos y mejores prestaciones, salarios y jornadas de trabajo.
La celebración del Día del Trabajo en nuestro país está enmarcada por la suspensión de las actividades laborales no esenciales y que está afectando a los trabajadores formales e informales, ya que muchas familias enfrentan el problema del desempleo, por lo tardío de las acciones institucionales por atender la emergencia económica por el Coronavirus.
Actualmente nos hemos acostumbrado a una jornada laboral de ocho horas, pero no siempre fue así. Hace más de un siglo esto no era así, en los centros de trabajo laboraban hombres, mujeres, niños y ancianos, en jornadas que superaban las 12 horas diarias, por lo que no era suficiente para recuperarse ni descansar.
En los desfiles conmemorativos que se festejaban cada 1 de mayo, los trabajadores aprovechaban la oportunidad para manifestar sus inconformidades y con ello lograron poco a poco conquistas sindicales que hasta ahora siguen vigentes.
(Jorge Uc)