Campeche

A pesar de que cada vez son más los negocios en Ciudad del Carmen que ofrecen sus productos a través del internet, los adultos mayores se niegan al uso de estas herramientas digitales.

Cada vez más negocios comercializan sus productos a través de internet y los consumidores se adaptaron debido a la emergencia sanitaria; sin embargo, las personas mayores se niegan al uso de estas nuevas tecnologías, declaró Juana Lozada Hernández presidenta de la Asociación de Comerciantes y Microempresarios Isla del Carmen (Comisca).

“La Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) nos pidió tomar un curso para vender en línea, pero quiero que entiendan una cosa, los comerciantes que somos de la tercera edad no entendemos el uso de la computadora o del celular”, afirmó.

Preparación

Mencionó que estas nuevas herramientas se les dificultan a los adultos mayores y no se adaptan a esta nueva forma de venta, por ello, los agremiados no se inscriben a estos cursos porque temen no aprender.

Destacó que no todas las personas disponen de la misma predisposición o adaptación para el aprendizaje, ya que el uso online puede implicar pérdidas para ellos.

“Estamos acostumbrados al lápiz o la pluma, y nos resulta difícil que nos cambien las herramientas de venta o modo de trabajar, en cuanto a los préstamos económicos hasta el momento no hemos recibido ninguno”, señaló.

Señaló que este tipo de estrategias de venta en línea son más utilizadas por los jóvenes emprendedores; sin embargo, para algunos comerciantes no les beneficia ya que dependen de las ventas físicas.

Afirmó que para poder vender a través de las redes, implica tener que aprender a utilizar el dispositivo móvil, las plataformas para ventas, tomar fotografías para que conozcan el producto que ofertan y que tenga difusión.

Mencionó que hasta el momento hay negación para estas tecnologías, ya que representa una dificultad o limitación para el aprendizaje, por lo que algunos agremiados no le tienen confianza a estas herramientas porque no saben utilizar los celulares o los ordenadores.

Por Irene Barradas