Carniceros del mercado “Pedro Sáinz de Baranda”, denunciaron presunta matanza clandestina de introductores de cerdos, para abastecer a los mercados itinerantes que han surgido durante esta pandemia y no acuden a los rastros, por lo que pidieron la intervención de las autoridades sanitarias.
De acuerdo los locatarios las ventas han disminuido drásticamente, porque las familias prefieren acudir a los mercados itinerantes, donde se abastecen de carne, las cuales son proporcionados por los mismos introductores, pero no acuden al rastro, para disminuir los costos.
Según uno de los locatarios, esta matanza es considerada clandestina, porque no reúne las condiciones de salud y mientras la Secretaría de Salud no aplique medidas seguirán operando bajo esa modalidad.
“Ellos están matando en sus terrenos, no sé si los reportan pero no los están llevando al matadero” aseguró el locatario.
Señaló que esta estrategia conlleva una red de malos manejos, iniciando con la matanza del animal, la venta al por menor en colonias y la distribución de las ganancias en un pequeño sector comercial de carnes.
“Se los compra a los mismos introductores, nada más que ellos lo agarran y te cortan los huesos y todo y te lo dan al mismo precio y además obtienen factura como si hubiera ingresado al mercado"
Por ello, la venta en el interior del mercado ha presentado un decremento de hasta un 80 % principalmente porque el acceso a este sitio es limitado y por los “mercaditos itinerantes”, señaló.
Dijo que todos los que laboran en el interior de la zona tienen miedo de contraer el virus pero que la necesidad los obliga a no abandonar sus ventas a pesar de que éstas sean bajas, sus ganancias mínimas y el resto se lo quede un sector pequeño. Recomendó a las autoridades verificar la certificación de las carnes.
Justificó la necesidad de operar fuera del rastro pero no de hacerlo sin las debidas precauciones, como comerciante tienes que buscar la forma de hacer la retacería de carne en un ambiente limpio y salubre, cuya verificación compete a la Copriscam.
Por Jorge Chan