Campeche

Comedor comunitario en Ciudad del Carmen opera ante la contingencia sanitaria

El comedor comunitario de la Iglesia de la Divina Providencia, ubicado en Ciudad del Carmen, atiende aproximadamente a 70 personas por día debido a la contingencia por el COVID-19.
Foto: Lisseth Castro

Salud del Carmen Quijano Gómez relató su historia al frente del comedor comunitario de la Iglesia de la Divina Providencia, donde apoya a aproximadamente 70 personas al día.

“Tengo 15 años de dar comida en la pastoral social, pero a partir de que empezó la contingencia ya no pasan las personas a recibir, sino que se les entrega su porción en trastes desechables; se les entrega en un vaso su guiso, sus tortillas y su agua”, relató.

Para la mujer, la gracia de Dios es la fuerza que intercede para que les entreguen los insumos que necesitan para cumplir con su labor, ahora de tres días a la semana.

“Ayudamos entre 70 y 75 personas diarias; hay gente que gracias a Dios nos dona unos centavitos, nos dan huevos u otras mercancías, la providencia nunca nos falta. A veces nos vemos muy apretados, porque hay semanas que no sabemos que vamos a dar de comer”, compartió.

Con un“no” muy alargado, la mujer negó que los gobiernos o instituciones públicas les hacen donaciones.

 “Aquí son ayudas que dan los mismos católicos, unos dan más otros menos; hay personas que aún en pobreza traen el kilito de frijoles y de arroz, eso se agradece”.

La mujer, quien realiza esta labor altruista con cuatro compañeras más, narró que de la Iglesia la llamaron a servir y aceptó la encomienda; en este caso, fue el padre Francisco Velázquez el que inició el comedor y le hizo la propuesta de colaborar.

“Antes de la pandemia venían 40 o 45 personas, pero desde que empezó la contingencia el número aumentó hasta 75, hay días que llegan hasta 80,  pero para eso hacemos como dicen, ‘aumentamos el caldo", mencionó mientras se preparaba para empezar a servir las primeras porciones a quienes ya estaban formados sobre la calle 47.

Comentó que llegan personas de todo tipo, algunos a pedirles con exigencias e incluso en estado de ebriedad se ponen imprudentes, pero eso sí, se les exige guardar su distancia y usar cubrebocas.

Por Agustín Ferrer