Tras casi seis meses de cuarentena y regresar a la movilidad este lunes 17 de agosto con alerta amarrilla, para algunos campechanos significa mayor libertad de tránsito y recreación, pero para otros a quienes perdieron algún familiar, conocido o padecieron de la enfermedad, prefieren quedarse en casa.
De esta forma, es contrastante la opinión de los ciudadanos, para los comerciantes significa la oportunidad de poder recuperarse, al tener permitido un aforo del 60 por ciento, aunque mantenga las mismas medidas sanitarias.
Sin embargo, otros comerciantes del Centro Histórico siguen con preocupación y temor de enfermarse, perder algún familiar o de plano quedarse sin ingresos por la pandemia de COVID-19.
En un recorrido por el Centro de la Capital se tuvo la oportunidad de platicar con algunos ciudadanos y empleados de tiendas de diversos giros comerciales, donde nuevamente se destacó que si se sale del hogar es para comprar algo necesario o simplemente por la necesidad de seguir laborando en una u otra actividad comercial.
“Es algo general, todas las personas tenemos temor o preocupación de vernos afectados o que algún familiar se enferme al grado de perder la vida, por eso no debemos bajar la guardia y seguir aplicando las medidas de prevención emitidas por las autoridades”, comentó el ciudadano, José Hau .
No obstante, comentó que la cuarentena ha sido difícil desde el seno familiar, pues se han tenido diferentes cuadros de ansiedad, temor y desesperación por el encierro, pues quien tiene hasta trabajo registra cuadros de estrés e incertidumbre por no saber qué pasará.
“Los cuadros de desesperación los podemos combatir leyendo, hablando por teléfono con los amigos, viendo la TV, programas educativos o espirituales, participando en conferencias y también hasta ocupándose en alguna labor del hogar”, detalló.
Antes de terminar su declaración, resaltó que el COVID-19 no es algo mandado por Dios, sino una enfermedad nueva, como lo fueron otras en su momento, por lo que a futuro se descubrirá como controlarla.
Por su parte, Candelario Chan explicó que se han experimentado cuadros de ansiedad, miedo, depresión y estrés, pues el cerebro se cansa de tantas malas noticias, desinformación y no saber qué pasará el día de mañana.
“Lo más complicado es cuando te despiertas o estás en tu día a día y sientes malestares como dolor de garganta, temperatura u otros relacionados con el COVID-19, donde uno se va sugestionando y termina sintiéndose mal”, expuso.
El ciudadano también platicó que su religión le ha ayudado para pasar el mal momento y acercarse más a Dios, lo cual es un buen apoyo, en su caso, para sentirse más tranquilo en el aun periodo de contingencia obligatorio.
Comercios se preparan para seguir laborando
No obstante, algunos encargados de comercios no esenciales en la capital del estado también declararon que siguen preparándose para ir aumentado la capacidad de atención a los clientes, aunque no quisieron comentar mucho, adelantaron que por el momento solo se puede decir que están a expensas de las indicaciones de la Secretaría de Salud de Campeche en el tema de recomendaciones.
Cabe recordar que en la capital del estado es obligatorio el uso de cubrebocas en vía pública, así como que los negocios de diversos giros tengan en la entrada de sus locales un lugar donde los ciudadanos puedan lavarse y secarse las manos, usar gel antibacterial, entre otras cosas.
Así mismo, en el primer cuadro de la ciudad, fue retirado este domingo las restricciones para la circulación en el Centro Histórico, aunque muchos comercios permanecieron cerrados.
En las calles, pese a la recomendación se observa gran movilidad de ciudadanos, principalmente en paraderos de camiones y centros de abasto, aspecto que podría aumentar hoy al reabrirse los cines, teatros y museos.
Por David Vázquez