La caída en más del 80 por ciento de la actividad pesquera de camarón en la sonda de Campeche, llevó consigo a la debacle económica de diversos talleres y soldaduras dedicados a la reparación de los barcos, con muelles casi derruidos y unos cuantos trabajadores siguen parchando unas que otros barcos.
El poblado de Lerma, fue la cuna de los camaroneros, considerada en su momento como zona industrial, de bodegas y congeladoras para el desvenado del camarón, para su exportación, pero ahora la mayoría de los empresarios prefieren utilizar las bodegas de Tamaulipas y sus astilleros, para reparar sus embarcaciones.
Los astilleros fueron importantes para el desarrollo de la pesca industrial, detalló el director de Máquinas Industriales y Marinas S. A. de C.V. (MIMSA), Benjamín Conde Caballero, quien recordó que las actividades y centros de mantenimiento de embarcaciones significaron un gran avance para la actividad pesquera en la Península de Yucatán.
Recordó que MIMSA fue fundada en 1973 por Fernando Gamboa, dando un importante lugar a los astilleros, pues las embarcaciones mayores tomaron importancia y fueron apoyadas con infraestructura portuaria para el desarrollo de varias empresas para la comercialización de productos pesqueros y empresas de apoyo como varaderos y astilleros.
De acuerdo a la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT) a nivel nacional se cuenta con 63 astilleros, varaderos, embarcaciones y patios de construcción con varias capacidades para atender la construcción, mantenimiento y reparación de flotas comerciales y de recreo.
Algunos trabajadores en astilleros, indicaron que se han visto en la necesidad de adaptarse a la nueva normalidad por la contingencia de salud generada por el COVID-19, al grado de no permitir el ingreso a los varaderos de gente externa a las actividades laborales.
“Tras varias décadas los astilleros, trabajando servicio a la actividad pesquera y actividades recreativas se ha cumplido con los objetivos de producir tecnología propia y apropiada para mejorar las condiciones de trabajo y sobrevivencia en el mar, sin descuidar un manejo adecuado de captura de especies, una buena conservación y calidad del producto”: detalló Conde Caballero.
También aseguró que tanto la navegación como las actividades recreativas con embarcaciones han potenciado una combinación en la calidad de diseño en embarcaciones, por lo cual los materiales e insumos de construcción han sido modificados.
“Hoy en día se cuenta con los mejores sistemas mecánicos, eléctrico y el equipamiento con tecnología de punta de radio comunicación, navegación y detección de cardúmenes, así como de artes de pesca para la captura selectiva para una pesca responsable”: precisó.
En el caso de la capital de Campeche sobre la Carretera Campeche – Lerma, subsisten tres patios de reparación de embarcaciones, con diversa rama de armadores divididos en plomeros, soldadores, expertos en pintura de embarcaciones y demás actividades necesarias para mantenimiento, dedicadas principalmente a la atención de la industria comercial; barcos camaroneros de menor porte.
En estos lugares existen trabajadores con diversos tiempos de antigüedad, desde los 10 hasta los 60 años laborando, donde se asegura que lo más complicado es la soldadura de la embarcación, ello por el tamaño de estas, seguido de la pintura, mantenimiento de interiores, aspectos mecánicos y eléctricos.
No obstante, de acuerdo con el Gobierno Federal en el país hay una amplia gama de atención para las embarcaciones, pero desafortunadamente muchas de estas no se han preocupado por trabajar en temas de modernización de la industria.
Lo último, la industria de los astilleros ha instruido sus esfuerzos de forma principal en temas de reparación de embarcaciones, dejando de lado la construcción de estás, aun y cuando se dispone de la capacidad, pero ya no existe demanda ni encargo.
El desplome de la flota camaronera en Campeche se registra entre 1980 a 2011, el número de barcos camaroneros disminuyó de 725 en 1981 a 234 en 2011 y a 116 en 2020, situación que se atribuye al inicio de la explotación petrolera y restricción de áreas de pesca, lo que emergió un nuevo sector económico poderoso y descobijando a los pescadores.
Por David Vázquez
Por Redacción Digital Por Esto!
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