Corremos el peligro de resbalar dentro de nuestro domicilio por la cantidad de agua podrida y verde, mi esposa se lesionó al caer, está bajo tratamiento y cuidado, además tenemos un hijo con discapacidad, pero las autoridades en turno no hacen nada por solucionarlo, se quejó Antonio Ramos Tun.
Explicó que en ocasiones se queda a dormir en casa de su hijo para no pisar el agua nauseabunda, pero a la vez tiene miedo de que desvalijen sus pertenencias, ya que en días anteriores le robaron una motosierra y bolsas de fertilizantes.
“No queremos dejar nuestra morada, a espaldas de la capilla de la comunidad, pero tampoco podemos permanecer en ella; el agua cubre una manzana hasta frente un templo y la gente sí abandonó sus hogares”, precisó.
Por lo anterior, pidió ayuda a las autoridades con un pozo de absorción, y se cuestionó cómo va a sobrevivir, pues es un campesino afectado por más de cuatro meses con las anegaciones.
“Mis gallinas continúan arriba de los árboles, les preparo sus alimentos y se los lanzo a las láminas. En total hay una docena de casas dañadas, lo peor son los traspatios, se mueren nuestras plantas”, expuso.
Por Jorge Caamal