En los panteones municipales de Ciudad del Carmen, en diciembre se registró un aumento de sepelios de personas que perdieron la vida a causa del COVID-19, por lo cual la administración se prepara para un posible rebrote en los primeros meses del 2021.
El administrador de los panteones Colonia y Último Paseo, José Flores Alejandro, compartió que en el mes de noviembre se recibieron en ambos cementerios un total de 12 restos de fallecidos por haber contraído coronavirus, pero para diciembre, esta cifra se alcanzó, en las dos primeras semanas, las mismas que coinciden con la temporada del rebrote de contagios a nivel nacional.
Mencionó que de las dos filas de criptas que fueron construidas especialmente para las víctimas de la pandemia que no tienen comprados ningún espacio, una ya rebasó su capacidad y la segunda se encuentra en alrededor del 15 por ciento de ocupación, aproximadamente 114 tumbas en total ya fueron ocupadas desde que comenzaron los contagios de SARS-CoV-2. Esto sin contar a aquellos difuntos de COVID-19 que ya tenían alguna propiedad adquirida y pudieron colocar las familias los restos.
Asimismo, comentó que, durante la primera quincena del mes de diciembre, el crematorio ubicado en el Panteón Colonia funciona entre dos a tres veces por día, lo que representa un aumento en su uso, en este caso, hay familias que deciden llevar a casa los restos de su ser querido.
No obstante, José Flores dijo que en esta segunda quincena el número de entierros a muertos a causa de coronavirus se detuvo, no se han registrado más, y la cantidad de cremaciones también se redujo.
Por otra parte, el administrador declaró que el personal de los camposantos ya se prepara para lo que podría ser un nuevo aumento en la cantidad de contagios, ya que se aproximan una baja temperatura a causa del invierno y esto podría propiciar contraer con mayor facilidad el virus.
Por tal motivo, pidió a las personas que tienen criptas adquiridas y rentadas a que acudan al panteón Colonia para regularizar sus documentos, o sellar sus tumbas, pues debido a la demanda de espacios para sepultar a difuntos, temen que puedan tomar por error una celda que ya tenga dueño.