Existe preocupación en el sector ganadero debido a que estiman que al menos mil animales han muerto al presentar bajo peso y enfermedades derivado de la inundación, señaló Nicanor Mojarras Roque, secretario de la Asociación de Pequeños Ganaderos de Santa Cruz.
El productor evidenció que pese a que atraviesan por una crítica situación y han hecho varios llamados a las autoridades, hasta el momento no les han dado respuesta a sus peticiones de ayuda, por lo que desconoce si aplicarán el Seguro Ganadero en beneficio de los pecuarios afectados del municipio.
Sin embargo, el dirigente señaló que al momento es urgente la ayuda oficial ante la mortandad de sus animales, ya que requieren hacerse de recursos para hacer frente a la crisis en la que está sumido el sector por la falta de comercio, imposibilidad de ordeñar y enfermedad del hato, además de la pandemia.
Nicanor Mojarras justificó que están inmersos dentro de los supuestos para contar con la protección oficial debido a la inundación por lluvias atípicas, lo que originó que los campos quedaran bajo el agua y que más del 60 por ciento del hato enfermara por falta de alimento y frío. Además, durante las movilizaciones también hubo mortandad.
Dijo que aún no hay cifras oficiales de la cantidad de decesos y de daños, pero la mayor parte de los campos quedaron inservibles y deberán preparar la tierra antes volver a sembrar, aunque esto será hasta que las condiciones lo permitan pues aún hay campos anegados, pero esto les representará mayores gastos y ante la pérdida de su patrimonio viven una situación desesperante.
El secretario de la agrupación consideró se debe poner en marcha el Fondo de Aseguramiento a través de la Administración de Riesgos, manejado por la Confederación Nacional Ganadera (CNG).
Por otro lado, recordó que hasta ahora el apoyo recibido ha sido del gobierno del estado con silos de maíz subsidiados, así como 10 mil vacunas a mitad de precio, pero consideró que su situación es apremiante y este apoyo no es suficiente, por lo que están a la espera del socorro del Gobierno Federal, sobre todo porque Palizada, al igual que el estado de Tabasco, sufrió daños similares tras la creciente del río Usumacinta.