El juego prehispánico del “Pok Ta Pok” alberga una referencia en el Popol Vuh en los gemelos Hunahpu e Xbalanque, cuando participan y le ganan a los dioses del inframundo, con lo que nivelan un juego ganado entre el bien y el mal.
El presidente de la Asociación de Juegos Tradicionales, William Chan, explicó que el juego de pelota “es considerado como el juego de la vida y de la muerte, como la lucha de los contrarios”.
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Relató que era un juego – ceremonial predominante en la época precolombina y en la vida de los habitantes de toda el área de Mesoamérica, además de realizarse en casi todos los centros ceremoniales para hacer ofrendas a las divinidades y a los dioses mayas, por lo que se consideraba como una forma de invocación para la fertilidad y el bienestar de la población.
Además de ser un rito relacionado con la agricultura y con el maíz, con la llegada de los españoles este juego se dejó de practicar por órdenes de los conquistadores por creerse que eran cosas paganas y que tenían pacto con el demonio.
Los indígenas mayas lo practicaron a escondidas y lejos de los dominios de los españoles, donde nadie los interrumpía. Los españoles lo prohibieron principalmente aunado a que algunos lo consideraban cosas del demonio.
Describió que las canchas de juego tienen forma de una doble T, además varían de tamaño y diseño, en algunos casos tienen unos aros empotrados en la parte central y en lo alto de cada una de las paredes laterales, en otros casos no existía aro alguno.
El juego lo practican golpeando la pelota con la cadera y los glúteos. Las faltas ocurrían cuando la pelota golpeaba los pies, las manos y otras partes del cuerpo del jugador que no eran permitidos.
En el libro del Popol Vuh, existen dos reinos que no podían relacionarse entre sí, por un lado, estaba el reino de Xibalbá que representa a los dioses del inframundo, lugar relacionado con la muerte, la oscuridad, la maldad y por el otro lado se tiene el reino de Ahpu, que sería el bien, la luz, la vida, el día y la esperanza.
De acuerdo con el relato, los señores de la oscuridad les ganaron a los del bien, ya que estos últimos no lograron pasar las siete pruebas a los que fueron sometidos para llegar hasta los terrenos de Xibalba. Por lo que, al ser derrotados, le cortaron la cabeza a Junjunajpu, un trofeo de guerra por los señores de la oscuridad, colgándolo en un árbol de jícara viejo y seco que se encontraba en la orilla del camino principal.
Con el paso del tiempo nacieron unos gemelos que se cree son hijos de una de las hijas expulsadas del inframundo del dios Xibalba, los cuales son Hunahpú e Xbalanque. Los gemelos ganan el juego de pelota a los dioses del reino el mal, con lo que logran estabilizar los movimientos celestes y lograr el equilibrio del cosmos roto por los dioses del mal.
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CC