María de los Ángeles Pantí Tun platica con su mamá cada vez que puede, sobre todo cuando siente tristeza. La visita en el panteón de Pomuch, Campeche, donde el cuerpo que se encuentra momificado es sacado de su tumba no solo en Día de Muertos, como hacen tradicionalmente los pobladores del lugar, sino en cualquier momento del año, relató la mujer en entrevista a POR ESTO!.
Al recorrer el cementerio, se pueden apreciar en varios nichos y sepulturas expuestas que el proceso de descomposición en los cadáveres es diferente, ya que mientras de algunos fallecidos quedan solo los huesos, en otros, como es el caso de María Delfina, madre fallecida de la entrevistada, sus cuerpos no se han desintegrado y se mantienen gracias a un proceso de momificación natural.
Al ver cómo se mantiene el cuerpo de su mamá, María de los Ángeles se cuestiona del por qué tiene esa apariencia, aunque señaló que cree se debe a los medicamentos que tomaba su progenitora o que tal vez se debió a que el cadáver fue exhumado pronto, pues lo sacaron antes de que cumpliera tres años de haber sido sepultada, por causas personales.
De acuerdo a investigaciones científicas realizadas por Dario Piombino-Mascali, un antropólogo italiano (difundidas por la agencia británica informativa BBC), el fenómeno es conocido como momificación natural o espontánea, esta se produce en circunstancias muy particulares en ambientes extremos que pueden ser o muy cálidos, muy secos o muy fríos, eso influye a que el cuerpo no se descomponga pues con temperaturas demasiado altas, el cuerpo se deshidrata antes de que puedan entrar en acción las enzimas que lo corrompen y esto da lugar a la momificación.
Explica que en pocas palabras los climas inhiben la actividad de las bacterias. También el especialista detalló que otro factor es el suelo, ya que a veces la arena, absorbe los fluidos, mientras que la presencia de metales pesados retarda la acción de descomposición en el cadáver. Además, otro detalle son algunos textiles con los que se viste a los difuntos pues absorben los líquidos que emanan.
Otra característica es el físico de cada persona, ya que es más difícil que ocurra si se tiene mayor grasa corporal e incluso la cantidad de agua en el individuo.
La tradición La villa de Pomuch, que en maya significa “lugar en donde se asolean los sapos”, se ubica a 70 kilómetros de la capital del Estado de Campeche, en el municipio de Hecelchakán. Cada año, previo a los festejos del día de muertos, los habitantes acuden al panteón desde muy temprana hora para realizar la tradicional “Limpieza de los santos restos” de sus seres queridos.
Desde hace más de 20 años, Venancio Tuz Chí es el sepulturero del poblado y en estas fechas suele ofrecer sus servicios de limpieza o cambio de paño (que es una tela blanca bordada con adornos donde ponen los restos) por la módica cantidad de 30 pesos y 350 la exhumación.
“Así como lo realizaron nuestros ancestros mayas, después de permanecer tres años enterrado, el cadáver es exhumado y listo para la primera limpia. En algunos casos debemos esperar más tiempo debido a que el difunto seguramente tomó mucho medicamento y por eso, su cuerpo se encuentra en estado momificado”, dijo respecto a que durante años ha sido testigo de que varios cuerpos permanecen momificados, como el de la mamá de María de los Ángeles quien falleció hace siete años, a la edad de 59. A Pantí Tun le enseñaron desde pequeña a acudir al camposanto para realizar la tradicional limpieza de los restos y relató que por tener problemas con una persona que le había prestado una de las tumbas para enterrar a su madre, tuvo que exhumarla a los dos años y cree que eso causó el estado de momificación en el cuerpo, aunque también se comenta entre los pobladores que el consumir mucho medicamento antes de morir podría ser la causa.
La difunta era originaria de Pomuch, le gustaban las fiestas, viajar, era muy guapa y alegre y logró tener una fábrica de tortillas.
Visitó la ciudad de México en varias ocasiones y también participaba en la política de su comunidad, cuenta orgullosa Panti Tun, además piensa que es necesario inculcarles a los hijos desde muy temprana edad a visitar el cementerio y no abandonar a sus difuntos, pues es su obligación mantenerlos limpios por respeto y agradecimiento, destaco.
Cuando falleció su madre tuvo que regalar su ropa para sobrellevar la perdida, solo se quedó con dos vestidos. En días tristes, Panti Tun acude al camposanto y plática con su madre, con ella se desahoga y el verla, aunque solo sean sus restos le da tranquilidad y paz. Concluyó en que también la tendrá lista para estos Días de Muertos y cumplir así con la tradición de esta comunidad es reconocida en todo el mundo.
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GV