La pena que pueden alcanzar las personas que almacenen explosivos sin permiso correspondiente de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), tal como lo marca el artículo 13 de la Ley Federal de Armas y Explosivos, es de dos a 10 años de prisión y multa de 20 a 500 salarios mínimos, dijo el abogado litigante Jimmy Cicler Pérez. Por ello, indicó que quienes venden y acumulan estos artículos saben de antemano los riesgos y las sanciones que conlleva su venta de forma ilegal.
Incluso, lamentó que utilizan niños para ofrecer estos productos tan peligrosos en las avenidas y en los cruceros de la vía pública, ya que la venta de estos “fuegos artificiales” es bastante redituable tanto para estos vendedores como para las autoridades municipales, quienes aseguró que ignoran esta actividad.
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“Hace 20 años las dependencias municipales se encargaban de otorgar los permisos y realizar los decomisos de estos explosivos, pero se volvieron parte de un negocio al poner sus propias tienditas. Hace 11 años, un seis de diciembre del 2010, se suscitó una tragedia en la colonia de San Nicolás, cuando cerca de una tonelada de pirotecnia hizo explosión y causó la muerte de cinco personas, mientras que varios hogares registraron daños materiales, pero nadie se hizo responsable”, expresó.
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En Campeche, pero en particular en el municipio de Carmen, urgen gobiernos responsables y que verdaderamente sean servidores públicos. Indicó que para que esos juegos artificiales lleguen a las casas, se necesita tener el respaldo de alguna autoridad.
Reiteró que la explosión en la colonia San Nicolás, conocido también como “Nicolasazo”, fue un lunes seis de diciembre del 2010, cerca de las 22:00 horas, en la calle Amapola, entre Margarita y Rosas. Los dos pisos de la vivienda colapsaron y quedaron atrapadas cinco personas, entre ellas una mujer de 72 años de nombre Francisca López Jiménez, Marco López Ramírez y Asunción Cruz López.
“Esa noche los vecinos salieron alarmados a la calle, de inmediato trataron de ayudar a los habitantes de la casa y de los domicilios adyacentes, pero los cohetes y los petardos no dejaban de estallar, en tanto que pedazos de madera, escombros y hasta colchones volaron por los aires. En pocos minutos, elementos del Cuerpo de Bomberos locales, bomberos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y gente de Protección Civil llegaron al lugar y ante el tamaño de la tragedia, solicitaron el apoyo de todos los cuerpos de emergencia disponibles en la isla”, recordó.
Finalizó que tragedias como la del seis de diciembre del 2010 deben de evitarse y sólo puede otorgarse mediante la colaboración honesta de las autoridades municipales y de la ciudadanía.
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CC