Vecinos del barrio de San Francisco de la ciudad capital están hartos de las fiestas clandestinas que se realizan en un predio ubicado en la calle Silverio Núñez, entre 12A y 14, donde al menos tres veces por semana se renta un domicilio habilitado como sala de fiestas. En ese lugar, de acuerdo con la versión de los colindantes, se consumen altas cantidades de alcohol y de drogas.
Los habitantes aseguraron que casi todos los días se ven afectados a la hora de intentar descansar por las noches, debido a que los altos niveles de la música les impide conciliar el sueño.
Desde que iniciaron estas fiestas han solicitado de forma constante el apoyo de las autoridades correspondientes para que se tomen cartas en el asunto, pero estos hacen caso omiso a las necesidades de los vecinos. Al llegar al lugar, el personal policiaco dice que no puede hacer nada o que son demasiadas personas, por lo que los elementos se ven superados en número.
“Hacemos el llamado a las autoridades para que nos ayuden a que esto acabe. Al vecino ya se le exhortó a que por favor deje las fiestas, pero no las dejan, al contrario, es más la burla. Esta falta de respeto está igual dirigida a los policías, porque han llegado a tirar envases de vidrio y ya no sabemos qué hacer”, dijo una de las afectadas.
Dijeron que han tenido acercamientos con el dueño del predio para pedirle que, si bien el domicilio es suyo, disminuya el volumen de la música, pero éste los ha ignorado y les ha cerrado la puerta en la cara. Por ello, aseguraron que la tranquilidad del tradicional barrio, en el cual habitan en su mayoría adultos mayores, se terminó desde que el dueño de la casa decidió rentarla como sala de fiestas.
Los inconformes indicaron que estas fiestas son borracheras grandes que dan inicio desde las seis de la tarde y terminan hasta las siete de la mañana del día siguiente. Inclusive, señalaron que, por esta situación, los niños que residen en el barrio tradicional ya no tienen la confianza de salir a sus terrazas.
Se dijeron cansados y preocupados, más que nada por la pandemia por COVID-19. Además, firmaron que desde que la contingencia sanitaria inició han permanecido en casa resguardándose, por lo que les parece una falta de respeto que personas externas al barrio acudan a interrumpir su tranquilidad.
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CC