Colonias e invasiones marginadas, son algunos de los blancos utilizados por personal de los candidatos, principalmente para las candidaturas a la Gubernatura y Alcaldía, para la compra de votos, donde ofrecen entre mil y mil 500 pesos tras dialogar con los líderes de colonia, con quienes llegan a un “arreglo”, para realizar dichas acciones y evitar exista evidencia alguna, que pueda comprometer al aspirante.
Cada tiempo electoral el acceso a los programas sociales y otros beneficios en campaña se convierten en una cuestión de supervivencia, ya que se condiciona el voto a través de programas públicos, lo cual es practicado por los diversos partidos, es un reflejo de la realidad de un país donde el precio de cada boleta electoral depende de la necesidad monetaria de los residentes de la zona.
La explotación de la inequidad de cada voto se ve reflejada en la manera más inesperada, especialmente en los altos índices de votación en las áreas rurales y en el voto del género femenino, ya que se puede presionar para ser parte del proceso electoral en beneficio del partido o contrincante que sostenga mayor influencia política sobre ellos.
Colonias como Leovigildo Gómez, Minas, Invasiones Sinaí, 20 de Noviembre, por mencionar algunas de la capital, donde líderes “enamoran” a las personas con un “cambio” y una buena remuneración monetaria.
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GH