R.M.R., de 21 años, quién se encontraba en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Ciudad del Carmen a la espera de su condena por la presunta muerte de una menor de 17 años de edad en el 2018, fue asesinado al interior de su celda al recibir diversas puñaladas; cabe agregar que las autoridades esconden el caso y amenazan a los familiares.
Según los deudos, quienes acusaron al director del penal, Darwin Santiago Nah Echeverria, de intimidarlos, fueron notificados el 15 de junio por parte de personal del Ministerio Público de Ciudad del Carmen de la muerte del interno.
Al principio los agentes se negaban a informar la causa de muerte de la persona, pero el dictamen tras la necropsia de rigor arrojó traumatismo y shock hipovolémico a causa de las heridas provocadas por el arma blanca.
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Al investigar descubrieron que el 14 de junio, aproximadamente a las 23:45 horas, cuando el joven se encontraba en la galera denominada “zona roja”, destinada a reos de alta peligrosidad, al interior de su celda número 7, donde fue atacado por el homicida, quien logró entrar extrañamente, a pesar de que las celdas contaban con acceso restringido.
El responsable utilizó un cuchillo hechizo con el cual hirió en al menos cinco ocasiones al joven, quien perdió la vida de manera instantánea debido a la cantidad de sangre que derramó.
Como se recordará, R.M.R. fue detenido el 15 de junio del 2018 cuando tenía 19 años tras asesinar de cuatro cuchilladas a su entonces pareja sentimental C.B.D.M., de 17 años, luego de sostener una discusión dentro del domicilio 306 de la Privada Santa Cruz del fraccionamiento Villa de Santa Ana a las 07:30 horas.
En el 2020 fue sentenciado a 15 años de prisión por feminicidio, pero apeló la decisión y se encontraba a la espera del nuevo resolutivo por parte del juez de control en turno respecto a que, si la condena se reducía o se mantenía, además de la reparación de daños por más de un millón 200 mil pesos.
El cuerpo fue entregado a los familiares, quienes le dieron sepultura, pero reiteraron que fueron cooptados por personal del Ministerio Público y del Cereso para que no dieran a conocer lo ocurrido; agregaron finalmente que es imposible que los custodios -que afirmaron no escuchar ni verada extraño- no se percataran del homicidio.
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JG