Poco antes de las 14:00 horas, llegó a su casilla, la básica de la sección 0092, en Fracciorama 2000, el actual gobernador de Campeche, Carlos Miguel Aysa González; ese a quien un golpe de suerte, combinado con la ambición de su antecesor, Alejandro “Alito” Moreno, por dirigir al PRI nacional, lo llevó a encabezar la entidad.
En el primer estado que transitó a Semáforo Amarillo y luego al Verde, pero también el que ahora se encuentra en riesgo medio, el mandatario llegó con su respectivo cubrebocas blanco, y debido a su edad, no demoró en votar.
Tiene 70 años y pertenece a un sector vulnerable, así que ingresó casi de inmediato al aula de la escuela habilitada como casilla electoral, la Secundaria Profesor Fernando Enrique Angli Lara.
Mientras el gobernador emitía su voto, en el municipio de Carmen ocurrían hechos delictivo a punta de palos y piedras. El vandalismo contra autos se incrementaba en un estado que se ha vendido como uno de los más seguros del país, junto con Yucatán.
Ante ello, Aysa confirmó el informe y señaló que estos actos eran repelidos por elementos de la Guardia Nacional, quienes llegaron hace un par de días a la ciudad en dos aeronaves con este propósito.
En la entidad, de acuerdo con el presidente López Obrador y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en el último año la incidencia delictiva disminuyó 14 por ciento; además, se registró un feminicidio en los últimos siete meses. No obstante, ese escenario no pesó para que esta jornada no se tornara agresiva.
“Yo no puedo hacer comentarios en elecciones, pero apenas esto pase, hay que volver rápidamente a las actividades, solo le pido a los campechanos que cuidemos lo que hemos conservado por todos, porque esto es un trabajo de todos los campechanos, es decir, que haya paz y armonía social”, dijo el mandatario.
Tras emitir su voto, confirmó el desmán en Carmen y en la ciudad capital, pero dijo que fueron acciones propias de una jornada electoral y por ello había casi 500 elementos de la Guardia Nacional (GN)
Así, se escurrió el resto del domingo para el gobernador que, por un golpe de suerte, llegó al Ejecutivo estatal y le tocó ver cómo, en el mejor de los escenarios, el PRI retendrá uno de los pocos territorios, en los que aún despacha.
En la etapa final del gobierno de Carlos Miguel Aysa González, habitantes del estado expresan su inconformidad contra su administración, principalmente por las constantes denuncias de presuntos actos de corrupción por parte de Alejandro Moreno Cárdenas, quien abandonó el cargo para asumir la dirigencia nacional del PRI, y que a su vez Aysa no hizo nada para investigarlo, sino todo lo contrario, se dedicó a protegerlo.
Por ello, el día de ayer miles de campechanos acudieron a las casillas para ejercer su derecho al voto, y aseguraron estar cansados de la corrupción del Partido Revolucionario Institucional (PRI), por lo que consideran como necesario dar la oportunidad a candidatos que pertenezcan a otros partidos, pero con base en sus propuestas y la honestidad mostrada ante el pueblo durante las campañas políticas.
Últimamente han sido ventilados públicamente en el estado varios casos de corrupción entre Aysa y Moreno Cárdenas, pues se dice que entre ellos hay tratos estrechos e íntimos en cuanto a negocios ilegales y corruptos.
Uno de los casos más conocidos fue el encubrimiento de la casa de Alejandro Moreno que tiene un costo de 46 millones, hecho que procedió con una investigación por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE), a través de una demanda interpuesta por el priísta Ulises Ruiz, que lo señalaba de enriquecimiento ilícito. Al igual que los millones desviados en obras públicas donde sólo mostró maquetas.
De acuerdo con ciudadanos, los problemas que enfrenta Campeche y que no han sido solucionados son: falta de trabajo y bajos salarios, servicio médico con la pandemia, corrupción, pavimentación y bacheo.
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GH