En el 2020, el estado registró 12 muertes autoinfligidas; por lo que el índice ha disminuido
La falta de clases presenciales ha hecho que menores de edad estuvieran expuestos a diversos factores de riesgo como la violencia familiar física o sexual, padres desempleados o estresados y falta de convivencia, por lo que, durante los primeros ocho meses del 2021, en la entidad se han registrado cinco muertes autoinfligidas, mientras que el 2020 cerró el año con 12 quienes decidieron quitarse la vida.
La pandemia y el cierre de las escuelas garantizó la seguridad de niñas, niños y adolescentes, quienes se encontraron en el distanciamiento social, así como en el “quédate en casa”, agresión física y sexual, así como padres desempleados, estresados y falta de convivencia lo que originó con autoinfligirse la muerte, según un estudio realizado y publicado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
La directora ejecutiva de REDIM, Tania Ramírez Hernández, comentó que el cierre de espacios públicos como las escuelas a causa de la pandemia por COVID-19, ocasionó que los menores de entre 10 y 17 años salieran a las calles y estuvieran encerrados con sus agresores.
“Los delitos en contra de los menores aumentaron en todo el país, los niños, niñas y adolescentes no encontraron resguardo en casa con la modalidad de “Quédate en casa” a causa de la pandemia que vivimos aún en estas fechas”, aseveró.
En Campeche, en los primeros ocho meses del año 2021, cinco menores de entre 12 y 17 años se han quitado la vida, la mayoría por el mismo método de suspensión, mientras que uno de 17 años en un poblado se dio un disparo en la cabeza en el poblado de Bolonchén.
En el 2020, el número de menores que se quitaron la vida fue de 12 casos, lo que representa una disminución importante y aún más con el regreso a clases, pero como comentó Ramírez Hernández, esto podría ser muy irresponsable señalar, ya que un regreso a clases presenciales y la apertura de lugares públicos no significa que pudiera garantizar que los menores estuvieran en plena tranquilidad.
Con base a lo anterior, hay menores que decidieron quitarse la vida por el estrés causado por la falta de empleos de sus padres, así como la falta de una buena economía, lo que causó que estos problemas de alguna manera lo resintieran.
Por esto se es que el regreso a clases presenciales, pudiera no significar una disminución de los casos que pudieran pasar de hecho no pueden tener una proyección referente a los casos, ya que, al regresar a clases los padres continúan con los mismos problemas, falta de trabajo y por ende una mala economía que hasta podría verse empeorada al tener que asistir a las aulas.
Por último, la directora ejecutiva del REDIM indicó que se debe dejar de ver como un problema del núcleo familiar y verlo como un problema público, ya que señalar que es un problema que viene desde el seno de la familia es revictimizar, por lo que es también un problema del Estado, que debe de garantizar la seguridad de los niños, niñas y adolescentes.
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JG