Campeche

Campechano, listo para mudarse a la NASA

Con 26 años de edad y con un Doctorado en puerta, Guillermo Adrián Chin Canché ya se prepara para mudarse a la NASA donde participará en en el proyecto DragonFly
Desde pequeño escuchó hablar a sus padres en maya, pero reconoce que debe reforzar su aprendizaje / Lucio Blanco

Guillermo Adrián Chin Canché se muestra muy orgulloso de sus raíces mayas, lengua que habla y entiende, es oriundo de la comunidad de Bethania en el municipio de Campeche, y niega ser una persona políticamente correcta al considerar que deben denunciarse las injusticias y las violaciones a los derechos humanos; ante ello, lamenta la discriminación que aún persiste en el país por el color de piel o su origen indígena.

A sus 26 años de edad cobró notoriedad al convertirse en el primer mexicano y campechano que se incorpora al programa DragonFly de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA (por sus siglas en inglés, National Aeronautics and Space Administration).

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Nació el 15 julio de 1996, tiene dos hermanos: Isaí Filiberto de 14 y Merly Yesenia de 23. Sus padres son María Canché Chi y Luis Chin Xequeb.

Estudió Ingeniería Mecatrónica en la Universidad Autónoma de Campeche (UAC) y la maestría en Ciencia y Tecnología del Espacio en el Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica en Puebla donde tuvo sus primeros contactos con profesores vinculados a la NASA por medio de su tesis.

Actualmente, cursa el Doctorado en el Centro de Investigación Científica y Estudios Superiores en Ensenada, Baja California, y para el 2023 se integrará al proyecto DragonFly para estudiar la Luna Titán de Saturno, casi del tamaño de Mercurio, en donde analizarán la factibilidad de que haya condiciones de vida microscópica.

Nada de marcianitos

De la fama que de pronto lo envuelve reconoce que “ha sido complicado, nunca esperé que fuera como tantas noticias las que salieron a partir de mi tema de tesis y, pues sí, ha sido bueno, pero si ha sido como muy inesperado”.

De la discriminación revela que “sí, me ha tocado innumerables ocasiones. Me ha pasado desde personas que simplemente son de otro poblado hasta autoridades que me he topado a lo largo de mi vida”.

Sentado en la banca colocada en la tienda que está a un lado de su vivienda, conversa con Por Esto! y explica que su apellido Chin significa “una unidad de medida como un galón, o un litro, hay un chin”. Mientras Canché es “silla, un banquito, algo donde sentarse, son Canché. Pero hay diferentes significados dependiendo de la zona”.

Habla maya desde pequeño al igual que sus padres, sus tíos, abuelos y la comunidad en general, aunque se sincera al señalar que “no hubo la intención de aprender maya en un pasado porque antes era motivo de discriminación”. Pero contempla perfeccionar el conocimiento de la lengua.

Aclara que fue una iniciativa propia lo que le orilló a estudiar la astrofísica, aunque reconoce la importancia de los mayas en los adelantos astronómicos que llevaron a cabo.

De las computadoras que comenzará a utilizar en el proyecto DragonFly de la NASA Guillermo revela que desde hace un año participa en la investigación, pero será hasta ahora que haga uso de los instrumentos tecnológicos de la NASA como son las computadoras Pléyade.

También, descarta otra forma de vida similar a la humana, “si hablamos desde un punto de vista matemático sí es esperable encontrar otras formas de vida en otras partes del universo, quizá no como lo pintan en la ciencia ficción o en las películas de que van a venir unos marcianitos verdes, no tanto en ese estilo, lo que se espera más es encontrar organismos microscópicos, formas de vida simple que quizá nosotros pudiéramos estudiar”.

Una persona justa

Durante la charla con el reportero de Por Esto!, el ingeniero negó ser una persona políticamente correcta, ya que es “un fiel defensor de que las injusticias sociales deben ser expuestas, deben ser denunciadas y debe hablarse muchísimo de los temas de racismo, clasismo y discriminación, principalmente de las personas de bajos recursos y las que parecemos del pueblo”, tras lo anterior aclaró que no le gusta la política ni milita en ningún partido político.

De la ciencia en México enumera dos vertientes: una de ellas es la que pretenden llevar a cabo los jóvenes de su generación, sin embargo, puntualiza que “el problema que tenemos es que cada año, no solo del gobierno actual, viene de muchísimos sexenios anteriores, se nos ha prometido el uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y cada vez ese presupuesto ha ido recortándose más”.

De la ciencia formal revela que en las instituciones de investigación científica hay un problema de precarización, de falta de presupuesto, pero también es verdad que hay un problema de corrupción, por lo que destaca que se combata, aunque no se ha hecho de la manera que “muchos esperaríamos que lo hicieran”.

Luego de la amena charla, Guillermo dijo que este jueves viajaría a continuar su Doctorado en la ciudad de Ensenada, Baja California, ya que sólo obtuvo permiso para ausentarse por unos días.

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JG