En el área rural de Campeche, las condiciones de los “ninis” (jóvenes que ni estudian ni trabajan), es superior a la media nacional del país. El estudio “Pobreza y vulnerabilidad en el medio rural de Campeche. El caso de las juventudes que no estudian ni trabajan” advierte que “al no encontrar condiciones propicias para lograr sus metas, ellos albergan un alto nivel de frustración, lo que puede llevar a incrementar problemas sociales como las adicciones, la violencia y la delincuencia en el campo”.
Ricardo Isaac Márquez y María Esther Ayala Arcipreste, del Centro de Estudios de Desarrollo Sustentable y Aprovechamiento de la Vida Silvestre, así como Angélica Patricia Isaac Márquez, del Centro de Investigaciones Biomédicas, de la Universidad Autónoma de Campeche (UAC), realizaron el estudio en seis comunidades rurales del Estado.
Las poblaciones de la investigación son Ukum y Dzibalchén en el municipio de Hopelchén; El Carmen II y José María Morelos y Pavón (El Civalito) de Calakmul, y El Naranjo y la Esmeralda, de Candelaria.
En las conclusiones de la investigación exponen que el fenómeno de los jóvenes “nini” es una realidad en las comunidades rurales de Campeche y la proporción de quienes están en esa condición puede llegar hasta el 45 por ciento, en el rango de 15 a 29 años de edad.
Resaltan que la proporción es casi el doble de la media nacional, que es del 24.5 por ciento, de acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional de la Juventud.
Subrayan que el fenómeno “nini” no es una expresión de una juventud indiferente y sin ambiciones. “Al menos en las comunidades rurales estudiadas, los jóvenes muestran, por el contrario, un perfil de alta motivación e interés por estudiar y superarse”.
En el caso de las seis comunidades en donde hicieron el estudio, aseveran que cerca del 90 por ciento de los jóvenes “nini” tiene estudios de bachillerato o de secundaria, siendo la principal causa de abandono de los estudios la falta de recursos económicos.
Plantean que sí tuvieran condiciones para elegir, cerca de la mitad optaría por continuar su educación, mientras que una tercera parte preferiría trabajar. Reconocen que “solamente una pequeña proporción no estarían interesados ni en estudiar ni en trabajar. De esta manera el contexto socioeconómico del medio rural está condenando a una parte importante de los jóvenes de Campeche a vivir una vida que no desean”.
Por lo cual, los deseos de superación y el alto nivel de aprecio que demuestran los jóvenes por el estudio, constituye una ventana de oportunidad para que con programas propicios y una divulgación adecuada de los mismos, la población joven del medio rural pueda cumplir cada vez más sus deseos de superación y contribuir así al desarrollo y progreso de las comunidades rurales.
Consideran que “es indudable que el sistema económico ha fracasado en su función de generar los medios y las oportunidades laborales para las nuevas generaciones. El desempleo estructural, la limitada posibilidad de acceso a la educación, la baja calidad y pertinencia de la oferta educativa emergen como causas principales de la proliferación de jóvenes ‘nini’ en México”.
Aceptan que la exclusión social de esta población adquiere su manifestación más aguda en el medio rural, donde el énfasis en la asistencia social para amortiguar el impacto de los programas de ajuste desplaza el interés oficial sobre las causas de la pobreza a los síntomas de la pobreza.
Advierten que “es necesario que el Estado reconsidere su papel para superar las condiciones de marginación de la población rural, misma que amenaza con condenar muchas áreas al estancamiento económico y a excluir a los campesinos del andamiaje social del progreso”.
Para los investigadores, la exclusión en sí misma constituye un riesgo para la cohesión social del país (económica, política y cultural), pues ninguna sociedad puede prosperar donde una parte se encuentra fuera de toda posibilidad de desarrollo.
Respecto a los criterios de selección de las poblaciones, detallaron que fueron la condición de comunidad rural (menos de 2 mil 500 habitantes) de alta marginación, que la comunidad cuente con un plantel de educación media superior y la disponibilidad de los pobladores para colaborar en el estudio.
En Campeche, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población (Conapo) existe una población juvenil de 290 mil personas, entre los 12 y los 29 años de edad, lo que representa el 31.24 por ciento de los 928 mil 363 personas que habitan el Estado.
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JG