De acuerdo con “México Evalúa”, por cada 100 elementos activos en Petróleos Mexicanos (Pemex), sólo el 28 por ciento son mujeres, situación que resalta en una industria “tan masculina”, por ello, la investigadora y la posdoctorante del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Elia Ramos y Daniela Matías Sánchez, respectivamente, indicaron que el papel de la mujer en el sector representa superación profesional y la disminución de segregación en la paraestatal.
Al presentar la charla“Las mujeres en la industria petrolera mexicana”, destacaron la importancia del sector como parte de la vida productiva del Sur de México, pero también aceptaron que en PEMEX aún resaltan temas de segregación por la falta de presencia de obreros locales y representantes indígenas en la “industria”.
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Cabe destacar que el 28 por ciento de participación de mujeres por cada 100 personas en PEMEX es mayor a la que hay en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), donde de cada 100 sólo 25 por ciento es personal femenino.
La brecha laboral es más marcada en cargos administrativos, de acuerdo con “México Evalúa” en los consejos de administración de Pemex por cada 100 elementos el 15.7 por ciento son mujeres, en CFE el porcentaje es de 12.2 por ciento.
No obstante, Irene Tamayo Cano, ingeniero industrial y que labora desde hace más de 20 años en PEMEX, señaló que la inclusión de las mujeres en el ámbito laboral de la industria tiene mayor apertura, pues resaltó que, en la actualidad, existen puestos directivos ocupados por mujeres y puntualizó que en ninguno de los contratos colectivos se hace referencia de que alguna vacante sea exclusiva para hombre o mujer, lo que significa, que toda persona capacitada y con los conocimientos técnicos, puede ocupar el puesto que desee ejercer.
“Entre los requisitos sólo se pide que estén preparados, sin importar su género, aunque yo creo que los datos están basados en la numeraria y no en lo que se vive en el interior. Yo pienso que las mujeres buscan posiciones más administrativas y por eso es que hay más puestos ocupados por hombres, porque en el interior de Pemex, ya hasta se creó la subdirección de equidad de género”, comentó.
Por su parte, en el curso aceptaron que el afán de la plática fue para conmemorar a todas las mujeres en la industria, inclusive vista como un área para el desarrollo masculino, pero que ha forjado patria en el país, por lo cual desde 2008 inició con el proceso de inclusión. En 2015, Pemex logró incluir en sus estatutos orgánicos la “Gerencia de Inclusión”.
“Desde la industria previa a la nacionalización, debemos decir que había segregación clara, desde quien hablaba y no el inglés, lo cual generó tensión entre la compañía y su sindicato de trabajadores, al grado de avanzar para incluir más hispanohablantes en el sector”, precisaron.
Platicaron que la imagen del hombre y la mujer en la industria petrolera es un tema en desarrollo, donde buscan cambiar la imagen política sobre las responsabilidades de los integrantes de la familia, que comenzó con el trabajo del sindicato, que dio como resultado las plazas.
“Entonces se puede ver tendencias y motivaciones, las trabajadoras mediante el sindicato vieron en Pemex seguridad laboral, con buenos salarios, guarderías, servicios médicos, seguro social, bonificaciones, prestaciones, vacaciones, entre otros”, añadieron.
Por el lado de las ingenieras, el acercamiento y oportunidades, es por desarrollo profesional femenino, “no tanto por la seguridad laboral que da la empresa”.
“Necesitamos superar la segregación como lo hicimos como en el asunto del idioma, porque hay y parece que existen pocas mujeres en la industria, así como sujetos locales e indígenas, o personas del sector trans”, destacaron.
Acotaron que la empresa mantiene ciertos niveles de separación por lo antes mencionado, al grado de que las ingenieras son un número disminuido en la paraestatal, “por ello hay dificultades para que se desarrollen plenamente, porque son vistas como mujeres antes que obreras, ingenieras o profesionistas”.
Finalizaron que son observadas a partir del modelo de familia petrolera, que proviene de una lógica de división binaria–sexual, donde el cuerpo es observado o piensan en su uso exclusivo para el cuidado o protección de la fuerza de trabajo.
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JG