Ante la cercanía del Día de Muertos, alfareros de Tepakán, Campeche, elaboran diversos objetos de barro para vender en este mes de octubre y que adornarán las mesas y altares en honor a las “ánimas” de niños y adultos al inicio del mes de noviembre, tradición que ha perdurado en todo el país, dijo la Lorenza Cab al momento que moldeaba silbatos de barro, incensarios y Candeleros, los cuales venderá en los mercados locales.
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Tepakán practica la artesanía de inspiración ancestral con manos creativas y reconocidas en gran parte de del país, además se manufacturan piezas para la celebración del Día de Muertos en cada hogar, sobre todo silbatos con figuras coloridas de animales y aves, también incensarios.
Doña Lorenza Cab junto con sus hijas, Cecilia Jazmín, María Jenny Chi Cab, la nuera Magali Arredondo Tun, se dedican a adquirir la materia prima en el mismo lugar y luego elaboran estas artesanías. Señalan que es un trabajo que les da de comer e incluso paga los estudios de sus hijos, y que a pesar de estar en el XXI, la tradición continúa y las figuras llegan más lejos cada vez.
Sin embargo, se quejaron de la falta de apoyo de las autoridades del municipio y del Estado, y aunque hay algunos que sí reciben ayuda, acusan que el apoyo es selectivo y no llega para todos.
Explican que la materia prima es el barro pegajoso que amasan y le dan forma, pero en el caso de los silbatos deben probarlos antes, pues de esta manera prueban el sonido que tendrá antes de secarse.
Posteriormente, ponen al sol sus obras para eliminar la humedad y posteriormente las hornean hasta que obtienen la dureza necesaria.
“Cada mes de octubre nos preparamos para vender, pues llegan clientes particulares y representantes de otros comercios para comprar por mayoreo, por lo cual debemos estar preparados para atenderlos”, comentó Lorenza Cab.
Don Fidelio con 100 años
Desde su hogar, don Fidelio Can Ceh dijo que ya no puede salir a comercializar las artesanías que aún fabrica, pues debido a su longeva de 100 años, ya no puede caminar como él desearía, por lo que deja esta labor a sus hijos; sin embargo, sigue con la elaboración de las tradicionales figuras de barro en su humilde vivienda de Tepakán.
Sus manos están arrugadas, pero no descansan cuando fabrican personajes en barro, tradición que le fue heredada por sus abuelos y padre, que antes se dedicaban a elaborar cántaros para almacenar agua.
Dijo sentirse satisfecho tras haber moldeado millares de objetos de barro, entre diferentes figuras como silbatos, maceteros, floreros y cántaros.
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LV