Con la demostración de lo aprendido por los niños en los talleres de braille, lengua de señas mexicanas, danza y taekwondo, este viernes fue clausurado elCurso de Verano Inclusivo que tuvo lugar del 24 de julio al 4 de agosto con el objetivo de promover la inclusión social y la participación de todos los menores con o sin discapacidad en Campeche.
Ante emocionados padres, madres, abuelitos e instructores, el primer grupo de pequeños de seis a 12 años subieron al escenario ubicado en el auditorio de la Escuela Preparatoria “Prof. Ramón Berzunza Herrera” para tomar el colorido listón que rodea la cabeza de cochino en la representación de la danza folclórica y demostrar a los presentes que una discapacidad no es impedimento para ser partícipe de las expresiones culturales y tradicionales.
Más tarde, otros grupos de niños y niñas compartieron parte de lo aprendido en la escritura y lectura en sistema braille, se adentraron el camino del puño y la patada con lo aprendido en taekwondo y posteriormente emocionaron al público con su interpretación de “Buenos días, señor Sol” en Lengua de Señas Mexicanas (LSM).
Cabe recordar que en la edición anterior se registró la participación de más de 80 menores en las actividades gratuitas y en esta ocasión se amplió el cupo a un centenar de pequeños con y sin discapacidad en el curso que duró dos semanas, en horario de lunes a viernes de 8:00 de la mañana a 1:00 de la tarde.
También se ofreció el taller de maya, dónde los niños aprendieron una serie de significados en esta lengua materna, con la intención de que puedan utilizarlos en su vida cotidiana.
Acompañada de familiares de los participantes, instructores de los talleres, así como funcionarios estatales, la secretaria de la Inclusión, Patricia León López, agradeció la colaboración y confianza de los padres de familias y tutores que permitieron a sus hijos acudir durante 15 días a la segunda edición del curso de verano.
Destacó que la infancia es la etapa más hermosa, pero también la más corta del periodo de desarrollo una persona, ya que solamente hasta los nueve años son considerados niños, por lo que se dijo satisfecha de poder trabajar y contribuir para que tengan un espacio de aprendizaje con métodos dinámicos basados en el juego, canto, dibujo y otras actividades, sobre todo en esta etapa en la que son como “esponjitas” porque adquieren de manera muy fácil todo lo que se les pueda enseñar.
Al finalizar, algunas madres de familia no perdieron la oportunidad para, desde sus lugares, agradecer a los organizadores de este curso por lo enseñado a sus pequeños y después en la parte de afuera del auditorio se realizó una exposición de manualidades y bisutería realizada también durante el taller que formó parte del curso de verano inclusivo.
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AA