En la comunidad de El Poste hace falta un cementerio, que es una de las principales necesidades de ese poblado que cuenta con casi 400 habitantes, pues cuando un poblador fallece, tienen que llevarlo a sepultar hasta la ciudad de Hopelchén y recorrer más de 15 kilómetros.
Ermilo Alonso Maas Ek, quien tiene 75 años de edad y es una de las personas más longevas del poblado, señaló que los familiares de algún difunto gastan mucho dinero para poder sepultar a su familiar en el único camposanto de la cabecera, el cual ya está saturado en sus cinco secciones.
Indicó que tienen que realizar muchos trámites en el Ayuntamiento, en el Registro Civil y propiamente en el camposanto, y ahora, al estar saturado el cementerio, les rentan una bóveda por tres años, y tienen que ver en dónde dejar los restos de sus difuntos.
Además, dijo que en la celebración del Día de Muerto tienen que acudir hasta la ciudad de Hopelchén para visitar las tumbas de sus seres queridos y llevarles flores y veladoras, lo que les genera muchos gastos.
Ante ello, pidió a las autoridades del Ayuntamiento y del Estado contemplar este proyecto, y brindar las facilidades para que se construya un cementerio en el poblado de El Poste, con todos los permisos de la Secretaría de Salud y demás trámites.
Maas Ek dijo que el ejido brindaría el terreno para construir el cementerio, y los pobladores que quieran sepultar ahí a sus difuntos puedan hacerlo, sin impedirles que también puedan sepultarlos en la cabecera, pues dijo que quedaría a criterio de las familias.
Señaló que él nació en El Poste y le gustaría que lo sepulten en su propia comunidad y no en la cabecera, al tiempo que indicó que el cementerio de El Poste podría ser usado también por la comunidad vecina de Katab.
JGH