El maíz es el alimento básico del pueblo de México, y en Campeche se han hallado más de 16 razas nativas en la última década, la más importante del país, pero varias han desaparecido y otras están en vías de extinción, pese a su mayor contenido nutricional y resistencia a la sequía que el ‘mejorado’, del que se han apropiado las grandes empresas.
De acuerdo con el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), investigadores han recorrido por más de 10 años muchas comunidades originarias de la zona norte del Estado, específicamente las aledañas a la Reserva de la Biósfera de Los Petenes, encontrando estas sorprendentes variedades del llamado ‘oro mexicano’.
No obstante, para este centro de investigación es ‘preocupante’ que algunas están a punto de desaparecer y otras están prácticamente extintas, como el Sak Wo’ Nal que se logró rescatar el año pasado en el municipio de Hecelchakán y fue llevado al banco de germoplasma del Centro de Investigación de la Península de Yucatán para su estudio.
Otras variedades en peligro de extinción, son las llamadas Gallito Blanco y Amarillo, aunque esta última corre más peligro, ya que ha dejado de ser cultivada y producida por los hombres del campo en estas regiones.
Juan Manuel Paat Hernández, investigador de Ecosur, explicó que en Campeche existe el Éek’jub, que es una variedad de color que expresa muchas cualidades, entre ellas su pigmentación y tamaño, y que posee una importante cantidad de antioxidantes buenos para la salud humana.
Los maíces nativos -explicó- poseen muchas más propiedades que los mejorados, pero la modernización del campo vino a sustituirlos porque, supuestamente, son menos productivos, pero se adaptan más a las condiciones climáticas, a la sequía, a suelos no aptos para la agricultura, como los pedregosos, que abundan en la Península de Yucatán.
Algunos campesinos de la región norte de Campeche continúan cultivando los maíces nativos, pero solo para autoconsumo, conscientes de que poseen muchas propiedades benéficas para la salud, duran más tiempo almacenados, y son más resistentes a la sequía y a las plagas como el gorgojo, que acaba con los ‘híbridos’, que son la cruza de dos líneas puras del grano.
“Si el maíz es la alimentación del pueblo mexicano, hay que rescatarlo y preservarlo, con las políticas públicas del Gobierno Federal, porque tiene muchas cualidades para la salud, y no solo sirve para el consumo humano sino como alimento para animales, el rastrojo, inclusive, en una época fue la base de la economía de la familia maya y actualmente es complemento de los ingresos de la familia maya”, subrayó el investigador.