Con la celebración de la Cuaresma cada año las pescaderías registran un notable incremento en la demanda de pescados y mariscos. Esta preferencia de los consumidores tiene origen en las doctrinas religiosas que exhortan a evitar las carnes rojas cada viernes durante este periodo, lo que es aprovechado por los comerciantes de productos de mar.
En el principal centro de abasto de la ciudad, Pedro Sainz de Baranda, el panorama ha sido prometedor tanto para los hombres de mar que capturan y acuden al mercado a vender su pesca, como de los mismos locatarios, quienes reportan un aumento significativo en sus ganancias y una favorable respuesta por parte de los consumidores.
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Socorro del Carmen Narváez García, compartió que es una consumidora habitual de las carnes blancas, como parte de sus hábitos alimenticios saludables, y al comprar animales de mar, se cerciora que sean frescos, que tengan ojos y piel brillante, y en el caso de los pescados que sus escamas estén bien adheridas al cuerpo y que no tengan mal olor.
Compartió que adquirió en precios accesibles una bolsa de camarón que va de 130 a 140 pesos, el filete de esmedregal en 140 pesos y cinco boquinetes y dos pargos mulatos por 150 pesos, así como 200 pesos de raya fresca, que podrá preparar en diversos platillos.
Los comerciantes reconocieron que deben aprovechar estas ventas, antes de la inevitable caída una vez que finaliza la temporada, por ello la alza en los precios oscilan de 10 a 15 pesos de acuerdo con cada especie; entre los productos más solicitados están el boquinete, pargo y chac-chi, de este último se venden hasta 10 piezas por 100 pesos, así como la raya en 50 pesos, mientras que para pedidos de mariscos, los camarones alcanzan hasta los 300 pesos el kilogramo según el tamaño.
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JY