Campeche

Pomuch, Campeche es una de las más famosas por su costumbre en la temporada de muertos, su tradicional limpieza de huesos ha sobrepasado fronteras y ahora son muchos quienes acuden a presenciar el ritual

Pomuch, un pintoresco pueblo ubicado en el estado de Campeche, México, es conocido no solo por su belleza natural, sino también por su singular y ancestral tradición de convivencia con los muertos. Esta práctica, que se remonta a generaciones, gira en torno a la limpieza de huesos, un ritual que refleja la profunda conexión que los habitantes de Pomuch tienen con sus seres queridos fallecidos.

La Tradición de la Limpieza de Huesos

Cada año, durante el mes de octubre, los pobladores de Pomuch se preparan para la celebración del Día de Muertos. Uno de los momentos más emblemáticos de esta festividad es la limpieza de los huesos, que ocurre en el panteón local. En las semanas previas al Día de Muertos, las familias de Pomuch acuden al cementerio local para participar en un ritual que es tan solemne como emotivo: la limpieza de los huesos de sus difuntos.

Previo y durante el Día de Muertos, en Pomuch se lleva a cabo la limpia de huesos / Por Esto!

Los familiares exhuman los restos de sus seres queridos y, con gran reverencia, los limpian con agua y jabón. Este ritual no solo simboliza el respeto por los difuntos, sino que también busca mantener viva la memoria y el legado de quienes han partido.

Los habitantes de Pomuch consideran que este acto sagrado les permite establecer un vínculo especial con sus antepasados. Tras la limpieza, los huesos se colocan en un altar adornado con flores, fotografías y otros objetos significativos. Así, se crea un espacio en el que los vivos pueden recordar y honrar a sus muertos, convirtiendo el luto en una celebración de la vida.

Un Patrimonio Cultural Único

La tradición de Pomuch ha capturado la atención de visitantes y turistas, convirtiéndose en una expresión cultural que refleja la cosmovisión de sus habitantes. El pueblo se caracteriza por su hospitalidad y la riqueza de sus tradiciones, lo que lo hace un destino atractivo para quienes buscan comprender la relación entre la vida y la muerte en la cultura mexicana.

La peculiaridad y el misticismo de esta tradición han atraído a turistas / Por Esto!

La limpieza de huesos es un acto profundamente arraigado en las creencias mayas, para quienes la muerte es parte del ciclo eterno de la vida. La espiritualidad maya concede gran importancia al culto a los ancestros, y esta tradición refleja una continuidad que sigue siendo fundamental para la identidad.

Además de la limpieza de huesos, Pomuch también celebra el Día de Muertos con festividades que incluyen sobretodo música, danzas y la elaboración de altares. Estas actividades no solo sirven para recordar a los fallecidos, sino que también fortalecen los lazos comunitarios, uniendo a las familias en un momento de reflexión y celebración recordando la manera en que los difuntos vivían.

Realizan el paseo de las ánimas / Por Esto!

Y desde al menos tres años en Pomuch, durante la celebración de Día de Muertos, el 31 de octubre se realiza el ya tradicional y esperado Paseo de las Ánimas, donde pobladores y visitantes se caracterizan de catrinas, catrines, vestidos de huipiles caminan por calles desde el Centro del poblado hasta el Cementerio.

Pomuch es más que un simple pueblo en Campeche; es un lugar donde la muerte y la vida coexisten en armonía.

Pomuch es un lugar donde la muerte no significa olvido. en esta localidad de Hecelchakán, Campeche el ciclo de la vida y la muerte se entrelaza de manera conmovedora y respetuosa, cada ritual familiar hace recordad que la memoria de los muertos puede mantenerse viva a través de actos de amor y devoción.

Una tradición que se transmite de generación a generación / Por Esto!

Con este ritual, "la limpieza de huesos" nos invita a reflexionar sobre nuestras propias relaciones con la muerte, y cómo podemos encontrar maneras de mantener viva la memoria de quienes nos han precedido.

A través de la tradición de limpieza de huesos, sus habitantes muestran que, aunque los seres queridos ya no estén físicamente presentes, su legado y su memoria perduran. Esta singular costumbre es un recordatorio de que el amor y el respeto hacia nuestros antepasados trascienden la muerte, convirtiendo a Pomuch en un verdadero santuario cultural que invita a reflexionar sobre la vida y la muerte.