Campeche / Ciudad del Carmen

Catean a dos hombres por sospecha de robo en Ciudad del Carmen

Por sospecha de robo, la Policía Municipal realizó un cateo a dos hombres dedicados a la compra de desechos para reciclaje; posteriormente fueron puestos en libertad.
Foto: Fernando Kantún

Dos personas que dijeron responder a los nombres de R.D.A.G. y B.S.C.R., fueron aseguradas momentáneamente por agentes de la Policía Municipal, a bordo de la patrulla 514 de la Policía Estatal Preventiva (PEP), por sospecha de robo de dos pantallas en la colonia Justo Sierra, de la Isla del Carmen.

El hecho se suscitó a las 09:30 horas de este miércoles cuando los individuos caminaban sobre la avenida Ballena entre las calles Caracol y Ostión del mencionado sector con los artículos en los hombros.

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Los uniformados sometieron a los sujetos, quienes soltaron las pantallas en la banqueta y una de ellas se abrió; al ser esculcados, les hallaron un flash para cámara fotográfica, así como cartuchos de tinta para impresora, pero sin portar ningún arma.

Al sitio llegaron algunos curiosos que observaron el desenlace, pero ninguno señaló a los sospechosos que eran interrogados por los judiciales.

De igual modo llegaron al sitio otra patrulla de la corporación y dos agentes de la PEP a bordo de dos motocicletas, quienes se retiraron del lugar luego de escuchar las versiones de los arrestados, pues en todo momento colaboraron con las autoridades.

Cabe señalar que los retenidos señalaron a los uniformados que compraron los objetos como desecho, porque algunas piezas pueden servir para otras pantallas; por eso no intentaron huir cuando vieron la unidad oficial e incluso aportaron datos de sus domicilios, así como de la vivienda donde adquirieron los televisores.

Sin un “usted disculpe”

Después de varios minutos de interrogación, los agentes de la Policía Municipal dejaron en libertad a los retenidos, quienes continuaron su camino con los artículos en los hombros, mientras que los uniformados hicieron lo propio, sin pedir disculpas a las personas.

Por Fernando Kantún