Ciudad del Carmen ha perdido el 70 por ciento de sus manglares derivado de la contaminación por basura y aguas residuales en cuerpos de agua como La Caleta. En la actualidad, hay 36 cooperativas del programa Sembrando Vida en el Mar que tienen polígonos de atención, hombres y mujeres que afirman que el trabajo es “inalcanzable” pues la población, lejos de contribuir, sigue dañando este importante árbol.
Mayela Martínez Arroyo, integrante de la cooperativa Tatenam y Escameros del Golfo en Ciudad del Carmen, significó que el desmedido crecimiento urbano de la Isla y la falta de protección y vigilancia de las autoridades ambientales han hecho que gente sin amor a su tierra sea capaz de acabar con este maravilloso entorno, pero además olvidaron que es un Área Natural Protegida.
Explicó que el programa Sembrando Vida en el Mar fue anunciado por la Comisión Nacional de Pesca (CONAPESCA) desde finales de 2020 y planteó aumentar el número de zonas de refugio pesquero en el país, destinadas a favorecer la reproducción y crianza, repoblamiento de especies, mediante la protección de ecosistemas como los manglares.
Señaló que hace un año lograron ingresar a este programa y aunque para ellos es una lucha constante y de todos los días, pareciera “inalcanzable” tener una Caleta limpia y un manglar recuperado ante el desdén ciudadano, a quienes no les importa el impacto que están teniendo contra el manglar que bordea todo este cuerpo de agua y cuántas especies de todo tipo se están perdiendo en consecuencia de la pérdida de este árbol.
“Ciudad del Carmen después de ser el 100 por ciento de manglar, hoy solo hay 30 por ciento, pues somos los responsables de la contaminación por la basura y los drenajes de industrias que descargan sin tratamiento hacia la Caleta. La meta en estos momentos parece inalcanzable porque la gente no coopera, tira muchísima basura; cada sábado que hacemos esta labor sacamos hasta 50 bolsas de basura en pequeñas zonas de intervención”, dijo.
Martínez Arroyo integra una de las 36 cooperativas que en Ciudad del Carmen forman parte de Sembrando Vida en el Mar. Cada una tiene agrupadas entre 20 y 30 personas, quienes tienen segmentados diversos polígonos de trabajo. Por ejemplo, sus labores impactan en La Zanja que está detrás del ex salón de fiestas “La Terraza”, así como la parte posterior del centro nocturno Jardines, en los alrededores del parque Lázaro Cárdenas, así como límites de las colonias Primero de Mayo y San Nicolás.
Lamentó que ese crecimiento desordenado que tuvo la Isla provocara el asentamiento humano prácticamente dentro del manglar, viviendas cuyos patios son La Caleta, que no tienen fosa séptica y sus descargas, así como sus desechos van directamente a este cuerpo de agua del que se alimenta el mangle. Con la subida y bajada de marea, las raíces de los árboles quedan llenas de basura y así es como ha muerto con el paso de los años.
“El objetivo de Sembrando Vida en el Mar es realizar acciones de limpieza y de reforestación. El Gobierno Federal otorga recursos para ellos, pero así también para generar y seguir con actividades económicas para las familias que nos hemos sumado a este proyecto como la pesca, hortalizas, uva de mar, de coco y el más importante, garantizar que se reforeste con mangle”, agregó.
Tras 12 meses de arduo trabajo, el cual también los ha llevado a acercarse a zonas de invasión en la Isla como La Ilusión, Nueva Venecia, Caracol, así como en las comunidades, las cooperativas que están en Sembrando Vida en el Mar, ahora buscarán plantear a las autoridades un proyecto para el saneamiento de La Caleta, pues aseguran que mientras limpian han visto una gran cantidad de robalo, sábalo, mojarra, que no son aptas para el consumo humano por tanta contaminación que hay.
JGH