
Médicos pediatras reconocen que el alto consumo de alimentos chatarra tanto en el hogar como en centros educativos ha provocado que menores de edad enfrenten sobrepeso, obesidad y niveles altos de colesterol, triglicéridos y glucosa, por lo que el programa “Vida Saludable en las Escuelas” será benéfico siempre y cuando se cuente con la colaboración de los padres de familia, pues quienes se encargan de alimentar a los niños son ellos.

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Así lo señaló Froilán Palestino Cruz, pediatra y presidente de la Asociación Nacional de Médicos Egresados de la Universidad Veracruzana, al referirse a este ambicioso programa que inicia a partir del 29 de marzo de 2025 y que tiene como punto de partida los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Alimentación, que refiere la realidad de las nuevas generaciones quienes en su mayoría consumen azúcares provenientes de refrescos y productos ultraprocesados, así como debido a la inactividad física.
Para el especialista, muchas veces llegan papás preocupados por la condición de salud de sus hijos, pero algo que no se debe perder de vista es que los menores tienen la educación nutricional de los padres, quienes son los responsables de comprar y preparar los alimentos que consumen tanto en casa como en la escuela, si es que preparan lunch; sin embargo, cuántos casos no se ven a diario o se escuchan de niños e incluso adolescentes que no comen frutas ni verduras.
En edades de crecimiento es fundamental privilegiar la ingesta de frutas, verduras, pollo, pescado, lentejas, frijoles, espinacas y huevo; este último es un alimento muy completo, explicó, al lamentar que existan pretextos de que comprar esa comida es muy caro, pero no piensan en lo oneroso que es un refresco de cola o un jugo que suele tener muchas cucharadas de azúcar y que es altamente dañino.

“El programa es muy importante al implementarlo en las escuelas, pero tiene que ser apoyado por los padres de familia; decir que es caro es un concepto mal entendido porque como pagan un refresco hasta con 20 cucharadas de azúcar y no se quejan, se lo compran porque el niño llora o hace su berrinche; este es un cambio de hábito que va desde el adulto que aporta el recurso así como quien ofrece esos productos alimenticios”, comentó.
Palestino Cruz agregó que, sin duda será un verdadero reto porque va desde el momento de cómo deseen los padres de familia llevar la alimentación de sus hijos, pues si acostumbraban a darle dinero para comprar comida poco saludable que encontraban en la cooperativa escolar, ahora en estos puntos no habrá nada de ello; entonces, se tendrán que levantar a preparar el lunch donde lleven alimentos que verdaderamente coman, incluso se darán cuenta que gastarán menos cuando organicen la compra de frutas, verduras y preparen la bebida de sus hijos para consumir en la escuela.
JY