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Cultura

Homenaje al apasionante pintor Ermilo Torre Gamboa

Víctor Salas

En la mesa cuatro prestigios sentados. De derecha a izquierda Jorge Espinosa Torre, Margarita Díaz, Ermilo Torre Gamboa (al escuchar su nombre y mirarlo detenidamente no pude soslayar parafrasear a Neruda, “eres la boina gris y la sonrisa en calma) y, por último, Fernando Palma.

Se lee la biografía del homenajeado: pintor Ermilo Torre. Se aporta como dato importante el de ser hijo de los dueños de una famosa tienda del siglo XX, El Paje, especializada en la venta de imágenes sacras de todo tamaño y objetos navideños, escasos en ese tiempo.

Del contacto con esas imágenes de yeso, saca parte de su textura pictórica, dice el presentador, pero además lo hace de sus estudios realizados en Madrid, París y Florencia, donde sigue la tradición de los grandes pintores europeos de copiar a los otros grandes.

En el Distrito Federal se relaciona con Carrillo Gil (también de Yucatán), quien lo involucra con los pintores mayúsculos de nuestro país. Entre ellos, Siqueiros, a quien don Ermilo admira y deja que a su pincel permee la influencia del muralista.

Fernando Palma debe haber dicho cosas muy interesantes del pintor homenajeado, porque tuvo la oportunidad de convivir con él, pero al no poner el micrófono frente a su boca, muy poco se le escuchó. Y eso que doña Margarita le insistía en que pusiera el micro cerca de él.

Benjamín Emeterio fue invitado a participar leyendo un ensayo en el cual hizo coincidir a pinceles de gran fuerza contemporánea como es el caso de Víctor Argáez con el apasionante homenajeado, y haciendo mención de otro grande de Yucatán: Ermilo Vera Granados.

Por su parte, Jorge Espinosa hizo un repaso del abuelo al que siempre ha visto como un ejemplo de vida, por su disciplina, talento, capacidad para hacer y subir montañas y seguir haciendo talacha pese a los años que lleva ya encima del cuerpo.

Doña Margarita Díaz Rubio tuvo su momento maravilloso al entregar su reconocimiento al apasionante, al admirado y respetado pintor yucateco.

Los dos Ermilos y don Romeo Frías Bobadilla son una trinidad que ya van en la alzada de los cien años y siguen presentes en el horizonte cultural de Yucatán. Qué magnífico que Prohispen, que doña Margarita Díaz Rubio se dé a la tarea de colocar en la contemporaneidad a personajes de tal naturaleza.

El auditorio José Díaz Bolio se vio lleno en su totalidad y estuvieron las personas que con sinceridad están en el núcleo de la cultura yucateca. Los muy visibles desde mi asiento: Roger Metri, Malena Peón, Víctor Argáez y Teté Mezquita, siempre acompañada del melómano y poetofilo Alejandro Varela .

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