Cultura

Lejos de la violencia

Por Hortencia Sánchez

En estos días se ha potenciado la violencia en nuestro bello Estado; es triste y cruel lo que ha sucedido a algunas niñas y niños en diversos hechos. Las niñas fueron atacadas sexualmente, una perdió la vida.

Lo delicado, y terrible, es que la violencia contra los seres humanos ha crecido y se ejerce de manera cotidiana en todas partes del mundo. Nuestro Estado no escapa de ello, pues han sido, desde hace varios años, numerosos los casos en los que se ha atacado a los niños y a las mujeres.

No podemos dejar de recordar a la niña de San José Tecoh, por la cual dio inicio un movimiento de la ciudadanía, al que se unieron funcionarios y personajes de Estado, para, a través de marchas, crear conciencia sobre la violencia que sufren los niños. Loable labor.

Ahora que nuevamente impactan, y descorazonan, los nuevos hechos delictivos sobre la niñez de nuestro Estado, me siento obligada a sugerir algunas acciones que, tal vez, pudieran ser de utilidad y que no serían difíciles de realizar y posiblemente esto ayudaría a proteger a estos grupos vulnerables.

Hoy leo que una mujer fue asesinada en su hogar y el hecho fue descubierto por una vecina al mirar a los niños pequeños en el patio mojándose y llorando bajo la lluvia; declaran estos vecinos que la mujer sufría de maltrato por parte de su pareja.

A lo mejor se podrían crear lugares de apoyo en las colonias donde más se está reflejando la violencia. Kanasín es, sin duda, una de estas colonias. Tal vez abriendo en estos lugares casas de ayuda y apoyo a las mujeres y niños violentados, donde a cualquier hora del día o de la noche pudieran acudir a pedir ayuda, o refugio en caso de peligro.

Las marchas, las manifestaciones de los ciudadanos y sus instituciones son importantes, pero habría que reforzar con acciones inmediatas para procurar el mínimo bienestar de estos grupos que sufren violencia.

El caso que conmovió a la ciudadanía hace ya varios años, de la niña María, fue monstruoso, ya que toda una familia miró la crueldad que se ejerció contra esta criatura y no hizo nada por evitarlo. Como sociedad nos corresponde fomentar acciones que pudieran incidir en lo que se realiza, o no, en pro de las poblaciones vulnerables.

En el sur se han abierto espacios de arte y cultura, loable, muy buen paso para de alguna manera se pueda incidir en que disminuya la violencia.

La comunidad artística también viene haciendo su parte, creando y presentando obras que promueven el respeto y la búsqueda de valores que nos lleven a la mejor convivencia como familias y sociedad.

Los centros de apoyo a las familias existen, pero no son suficientes. Ojalá sí se crearan más lugares para apoyar a estas familias.

Como ciudadanos sabemos que nos toca cuidar, proteger y guiar a los seres que forman parte de nuestra familia, que nos son cercanos, amados, y, por lo tanto, sabemos que el dolor del prójimo no es justo, ni buena señal para los que continuamos andando en la construcción de una mejor sociedad.

Apoyemos a los que ahora lo necesitan.

ritualteatro@hotmail.com