Verónica García RodríguezIV y última
Desde hace algún tiempo, se han generado en México políticas en favor del rescate cultural de las comunidades indígenas. Sin embargo, la separación institucional de estas políticas sin que exista una transversalidad en el ejercicio de la administración pública general ha provocado una discriminación silenciosa. Diversas instituciones tienen programas, actividades y convocatorias dirigidas a la población indígena específica, en las que se aglutina a todos los que “según” pertenecen a alguna etnia, reconociéndoles generalmente por rasgo principal de hablar alguna lengua indígena mexicana. Por ejemplo; en Cultura, existen programas y convocatorias para escritores, entendiéndose estos por todos aquellos que escriben en español; y otras más para escritores pertenecientes a grupos indígenas, provocando esto que en la práctica los escritores indígenas no sean contemplados con los demás escritores; de tal forma que existen “escritores” y “escritores indígenas”. Esto podría parecer justo, pero la diferencia se acentúa cuando nos preguntamos por qué a los escritores que escriben en alguna otra lengua no indígena como el inglés o francés se les llaman tan sólo escritores, y más aún cuando estos, los llamados “escritores”, son atendidos en los departamentos de Literatura y los “escritores indígenas” en las oficinas de Culturas Populares.
En la época de Felipe Carrillo Puerto, en Yucatán, la mayoría de los campesinos hablaba maya, lo cual los dejaba indefensos ante una sociedad donde el eje de la comunicación lo marcaba la lengua española. Así, para lograr que los campesinos pudieran conocer y defender sus derechos, se implementó una campaña de castellanización, cuyo efecto se ha extendido hasta nuestros días en que la lengua maya se encuentra en grave riesgo de desaparecer, a pesar de ser la lengua indígena con más hablantes en el país.
Ante este riesgo, y el reciente reconocimiento de los derechos humanos de los pueblos indígenas, que se ha traducido en legislaciones y movimientos sociales que cada día van generando más conciencia de la riqueza que nos aporta la diversidad étnica y cultural de nuestro país, hemos visto transformaciones en las políticas públicas. Por lo que no son extraños, los esfuerzos realizados en Yucatán hacia la revalorización de la cultura maya.
Solo por mencionar algunos ejemplos, la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán inició en 2015 “Xooknen Tin Wéetel, por tu bienestar lee y escribe conmigo”, programa de alfabetización en lengua maya, como una de las acciones de rescate cultural y respeto a los derechos de las comunidades mayas prevalecientes en el estado. De la misma manera, y después de un arduo trabajo de varios años de acompañamiento en el proceso, actualmente se cuenta con una normalización de la lengua maya, que permite tener una base para su escritura, y por ende para la alfabetización; se han abierto más de cien puntos de tele bachillerato intercultural, así como la Escuela de Creación Literaria en Lengua Maya que alberga el Centro Estatal de Bellas Artes (CEBA), cuyo objetivo es formar escritores desde su propia lengua; y el Festival Internacional de la Cultura Maya, hoy con rumbo incierto, que permitió generar un encuentro con las grandes manifestaciones de esta cultura nuestra y poner los ojos de la comunidad académica y cultural internacional en Yucatán.
Sin embargo, a la par que se da este gran aliento de rescate cultural se muestra un fenómeno casi imperceptible, pero que sale a relucir en las relaciones directas con los ciudadanos de origen maya. Lamentablemente, parece que en tanto más se difunda el orgullo de ser maya, más se refuerza una idea folclórica que los mismos integrantes de las comunidades mayas han comprado. Por ejemplo; estos hombres orgullosos de ser mayas, que hablan maya y visten siempre de blanco, con sombrero y alpargatas;2 no reconocen que su vestimenta no es la del maya, sino la de mestizo y que esa es la manera en que el poder ha visto y mostrado a la comunidad maya. De esta manera, la identidad, la imagen de sí mismos sigue supeditada a la concepción de lo que el poder dicta que son y cómo deben verse.
La cultura, que es un proceso dialecto-educativo, en la política nacional se ve como un adorno, como algo tan solo de carácter recreativo, que sigue siendo de élite, y se deja al arbitrio de cada Estado la promoción de las prácticas culturales, sin vincularla a la educación para fortalecer el constructo social.
Entonces, ¿cuál es el riesgo? ¿Dónde se esconde?
En una era mediática, como la que se vive actualmente, donde el Internet nos da la ilusión de que nada queda oculto y las fronteras no existen, estamos más vulnerables a los deseos de conquista de los poderosos. Ya no se necesitan ejércitos ni grandes barcos que surquen océanos. Bien dice José Martí: “El tigre, espantado del fogonazo, vuelve a la noche al lugar de la presa... No se le oye venir, sino que viene con zarpas de terciopelo. Cuando la presa despierta, tiene al tigre encima”(2002:19). Los poderosos solo requieren usar los medios, producir una telenovela, un reality show, o sin más complicaciones, realizar una publicación por el Facebook o Twitter para conquistar individuos y, tal vez, naciones enteras. Ante esto, solo podrán salvarse aquellos individuos y pueblos que conserven su identidad cultural; solo estos podrán recibir el embate de la globalización y permanecer en pie.
Las nuevas formas de comunicación mediática son herramientas sutiles y efectivas que van directo a la conciencia; pueden usarse como armas coloniales o de resistencia, he ahí donde el papel de la educación es fundamental. La educación es el puente de preservación del arte y conocimiento popular antiguo y contemporáneo.
Hoy, vemos mayas de la generación nativa digital, muchos de ellos universitarios, que están usando las bondades de la tecnología para difundir sus discursos presentados a través de productos culturales de comunicación escrita, música, videoblogs, cortometrajes, etc. Todo en su propia lengua.
No sé si algún día podamos resolver la discriminación y la automarginación entre los hombres y mujeres, que además, comparten un espacio y una historia; pero es posible, a través de la educación sentar las bases para que se cumpla el derecho a la identidad, que es como dice Luis María Pecetti, el derecho a construir y encontrar la propia voz.
Definitivamente, es un reto para los países con tanta diversidad étnica enfocar una política educativa que permita el desarrollo sustentable, respetando y protegiendo ese patrimonio intangible que está en las prácticas culturales, en los saberes antiguos que se transmiten de forma oral de generación en generación, en la producción artística –no solo folclórica– que da cuenta de la riqueza ancestral, y también de la actual, de la de ahora, que dará cuenta de nosotros en el futuro. Pero, sobre todo, porque quienes aprenden a valorar sus raíces, su identidad cultural y reconocer sus capacidades y posibilidades, desarrollan una sensibilidad hacia todo lo que les rodea y eso nos da por lo menos una oportunidad, una esperanza, de construir mejores ciudadanos del mundo.
Notas
1 Conferencia presentada en el VIII Coloquio Internacional “La influencia de la filosofía y las ciencias sociales en el patrimonio inmaterial de los países del Mediterráneo americano”, en La Habana, Cuba.
2 Descripción de la vestimenta típica yucateca del mestizo.
Referencias
Castro, Américo: España en su historia. Cristianos, moros y judíos, Edit. Losada, Buenos Aires, 1948.
Castro, Américo: Los mozárabes. Teresa de la Santa y otros ensayos, Alianza, Madrid, 1990.
De Azevedo, Fernando: Sociología de la educación, Edit. Mihoramiento, Sao Paolo, 1940.
Dietz, Gunter; Rosa Mendoza y Sergio Téllez: “Multiculturalismo, educación intercultural y derechos indígenas en las Américas”, Revista Entreverando. Consultado el 6 de noviembre de 2014 en: http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/8946/1/re1_p96-101_2009-3.pdf
Durán, Esteban: Textos de la Revolución en su Centenario. Felipe Carrillo Puerto y su labor educativa, Segey, México, 2010
Durkheim, Emile: Educación y Sociología, Ediciones Península, Barcelona, Consultado el 5 de noviembre en:
http://imgonix.planetadelibros.com/usuaris/libros_contenido/arxius/28/27793_Educacion%20y%20sociologia.pdf
Espadas, Freddy: Política Educativa y Revolución: Yucatán 1918-1924. vol. II, Segey/UPN, México, 2010.
Freire, Paulo: Pedagogía del oprimido, Siglo XXI, México, 1970.
Freire, Paulo: Sobre la acción cultural, Icira, Chile, 1970
Freire, Paulo: La naturaleza política de la educación. Cultura, poder y liberación, Ediciones Paidós, Barcelona,1990.
García, Verónica: Kanules del Mundo Maya. Arquitectos del paisaje y el tiempo, Segey, Mérida, 2014.
Gueertz, Cliffort: “Ritual and Social Change: A Javanese Example”, American Antropologist, New Series, vol. 59, no. 1, 1957.
Güemes, Miguel A.: Consideraciones sobre la lengua maya en Yucatán. Unidad de Ciencias Sociales, CIR/UADY, 2003. Consultado el 4 de noviembre de 2014 en Hernández, F.J: Historia de los que parecían árabes, Typescript, 1999, http://www.mayas.uady.mx/articulos/consideraciones.html
Maclaren, Peter: El Che Guevara, Paulo Freire y la pedagogía de la Revolución, Siglo XXI, México, 2001.
Mantilla, Jorge: Hombre nuevo, mundo antiguo, Cepsa/Segey, Mérida, 2011.
Martí, José: Nuestra América. Edición crítica, México, Centro de Estudios Martianos/Universidad de Guadalajara, 2002.
Menendez Pidal, Juan: Leyendas del el último rey godo. Notas e investigaciones, 1906. Consultado el 4 de noviembre en
https://openlibrary.org/books/OL13523830M/Leyendas_del_%C3%BAltimo_rey_godo
Mill, Stuart: El concepto de educación, s.f.
Consultado el 20 de Mayo del 2013 en: http://eudev2.uta.cl/rid=1LCCR7P5P-CPKRDK-KB/concepto-educar-clase.pdf
Orosa, Jaime: Textos de la Revolución en su Centenario. Felipe Carrillo Puerto (estudio biográfico), Segey, Mérida, 2010.
Paoli, Francisco; Marisa Pérez, Franco Savarino, José J. Cervera, Gaspar Gómez y Damiana Leyva: La Revolución en Yucatán, Cepsa/Segey, Mérida, 2012.
Ratcliffe, Marjorie: Mujeres épicas españolas. Silencios, olvidos e ideologías, Col. Monografías, Boydell y Brewer Limited o Tamesis Books, Inglaterra, 2011.
Spradley, James and David Mc Cordy: Antropology: The cultural perspective, Jhon Wiley and Sons, New York, 1975.
Uzcategui, Emilio: Pedagogía científica, Editorial Universitaria, 1937.
Vasconcelos, José: La creación de la Secretaría de Educación Pública, México, 2001.