Edgar Rodríguez Cimé
Al grito de: “¡Arquitectos, escultores, pintores… debemos regresar al trabajo manual! Establezcamos, por lo tanto, una nueva cofradía de artesanos libres de esa arrogancia que divide a las clases sociales y que busca erigir una barrera infranqueable entre los artesanos y los artistas”, lanzado por el arquitecto Walter Gropius, en Weimar, Alemania, en 1919, surge el vanguardista movimiento Bauhaus, que vino a revolucionar el arte con su visión de funcionalidad y elegancia que hoy cumple 100 años.
Después del fin de la Primera Guerra Mundial, el urbanista Walter Gropius fundó la Escuela de Arquitectura, Diseño, Artesanía y Arte, en Weimar, Alemania, en 1919, con la idea de combinar “funcionalidad y estética para transformar a la sociedad” (no olvidar que los principios del siglo XX fueron muy revolucionarios y estaba pleno de “socialistas o comunistas”, como Gropius).
En 1921 el pintor recibió la invitación para convertirse en profesor en Weimar. Durante sus cursos revolucionarios diseminó sus ideas sobre “abstracción y teoría del diseño y del color, así como de la psicología en la percepción cromática”.
Durante su estancia como profesor en Weimar comparte estancia con su amigo Paul Klee, como señala Alondra Flores, de La Jornada.
Este movimiento estético representa “el deseo de desarrollar una arquitectura que utilice materiales comunes de la época, accesibles para la mayoría de la sociedad (urbana), como hormigón, vidrio y acero, además de recuperar métodos artesanales de construcción”. Luego el centro de formación se trasladó a Dessau, en 1926, y a Berlín, en 1932.
Los edificios de la escuela Bauhaus en las diversas ciudades fueron declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio de la Humanidad, pues fungen como iconos del “modernismo clásico”, de acuerdo con las propuestas para la “renovación radical del arte”.
Al mudarse a Dessau, fue construido un nuevo diseño de Gropius, considerado ejemplo brillante de la arquitectura moderna.
Cabe subrayar la amplitud estética adquirida por esta escuela, ya que si bien comenzó como un llamado de la arquitectura, con el tiempo su influencia se dimensionó a otras esferas del arte, donde brillaron autores reconocidos como Oskar Schlemmer, Kurt Schmidt, Lyonel Feininger o László Moholy-Nagy.
Para conmemorar el centenario de esta vanguardista escuela de “arquitectura, diseño artesanía y arte” en Europa, que en la segunda década del siglo XX fue cerrada por los nazis (1933), por lo que algunos de sus representantes se mudaron a Estados Unidos, y es representada por el ruso Vasili Kandinsky y el sueco Paul Klee, Alemania y el mundo se preparan para celebrarlo.
Del 16 al 24 de enero de 2019 Berlín disfrutará el Festival Internacional ¡Arriba el telón!, inaugurando actividades celebratorias por el centenario, centrándose en la presentación de obras de artistas contemporáneos “que han retomado el pensamiento estético de este movimiento”.
Las actividades incluyen desde exposiciones e instalaciones, hasta teatro, ópera, danza, música, cine, mesas de análisis y talleres.
Uno de los festejos estelares es la apertura del nuevo Museo Bauhaus en Dessau, Alemania, en septiembre de 2019, con la exhibición de una colección única de objetos personales que forman parte de la vida cotidiana de los artistas, como muebles y elementos arquitectónicos.
La Ciudad de México también participa con la exposición Pequeños Mundos, de Vasili Kandinsky, actualmente en el Museo del Palacio de las Bellas Artes, pues “aunque no abunda en su estancia en esa escuela de diseño en las ciudades alemanas, se pueden admirar más de 50 obras maestras que muestran una visión panorámica de su trabajo”. Sin duda, uno de los artistas más revolucionarios.
edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx
Colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”