Cultura

Películas imborrables: El salvaje (Marlon Brando)

Conrado Roche Reyes

Esta sensacional película fue de aquéllas que marcan la historia del cine, al igual que las de James Dean. Protagonizada por el entonces considerado por la critica como el otro nuevo genio de la actuación (el otro era Jimie) ambos salidos de la academia de Elia Kazan , la afamada “Actors Studio” o simplemente “El Método”. Ambos parecían estar en feroz competencia, sin embargo, aun cuando parecían ser en apariencia tan similares en su modo de actuar (natural), ambos eran diametralmente diferentes. Marlon Brando tenía y proyectaba una fuerza terrorífica desde las pantallas, mientras Dean, otra actuación más de tipo de persona atormentada.

“El Salvaje” contrasta la invasión de unos motociclistas (precursores de los temibles Hell Angels) con la reacción de los pacíficos –en apariencia- de una pequeña ciudad cuya tranquilidad se ve perturbada con la llegada de las hordas de motociclistas. La calma provinciana es sacudida con el ruido infernal de los motores en secuencias desprovistas de cualquier otro sonido, incluso de música, lo que hace que el espectador se sienta inquieto con el ruido de bujías válvulas, etc. La creciente tensión creada por los muchachos en el pueblo, motiva que el sheriff intente nivelar las cosas con condescendencia. Está consciente que cualquier altercado puede provocar una gran violencia y venganzas. Por tal motivo, los chavos cotorrean, se pitorrean de la policía, pero los vecinos no están dispuestos a aceptar las burlas e imposiciones de los motociclistas y deciden hacerse justicia por propia mano.

Johnny se interesa por la camarera del restaurante local, que es hija del sheriff. Con ella es un hombre sencillo y tranquilo. Todo se va saliendo aun más de control con la llegada de la banda de motociclistas de “Chino” (Lee Marvin) y que se denominan Los Beetles. Es una película que confronta por primera vez la brecha generacional. Los habitantes del pueblo son maduros, responsables, pero que reaccionarán con una violencia cruel ante los desafíos constantes de los muchachos insatisfechos. En realidad no son más que chicos perdidos y desorientados, que tratan de demostrar su insatisfacción de esta manera amenazante, pero en realidad se espantan ante la realidad y palabras como cárcel, muerte, etc., la que ven como algo tangible y cercano. Sol en el pueblo y la oscura amenaza de las motos. El sheriff (Robert Keith) encarna perfectamente al hombre prudente. La mesera (Mary Murphy, una estrellita que pintaba pero se desvaneció) encarna a la muchacha dulce que intenta redimir a Brando e incorporarlo a una vida apacible.. Chino, el líder de la banda rival, es caprichoso, vulgar y agresivo, pero es capaz de una gran camaradería cuando se trata de un enemigo común -la autoridad-. Marlon Brando, a pesar de su apariencia, es un personaje sensible y en ocasiones trágico, a pesar de sus modales y su apariencia, es el único que se da cuenta que la arrogancia y vacío de los jóvenes es para tapar sus debilidades con apariencia de dureza y presunción. Brando presume de un trofeo que en realidad robó, resulta una vez más golpeado, pateado, humillado. En su moto, Triunph construye un personaje inmortal que más allá del tiempo de duración de la película alcanzó la categoría de Mito del cine.

Finalmente, la película es reflejo del inicio de una especie de rebelión juvenil contra intereses caducos, representada por Marlon Brando en su motocicleta y su gorra ladeada y aquella mirada penetrante y el tono modo de hablar que harían de él una leyenda. Es uno de los actores más excelsos del cine.