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Ariel Avilés Marín

La quinta jornada del Festival de Cine y Video Kayché “Tejidos Visuales” dio un giro mucho más dramático que la sesión anterior, al abordar los cortometrajes proyectados situaciones que se viven en España, Siria y el Kurdistán, así como un evento de clase mundial en México, que constituyó una voz internacional de esperanza. Siguiendo la fórmula de estas sesiones, al terminar las proyecciones hubo un coloquio que condujeron las doctoras Rosario Nieto y Amina El Mekoul. Estas visiones de lo que está sucediendo en esas lejanas latitudes nos dio un punto de comparación entre este fenómeno, en su visión más próxima, la migración latinoamericana que atraviesa nuestro territorio, en marcha hacia el “sueño americano”, y la terrible visión de las atrocidades que sufren comunidades desplazadas en sus propias patrias, y el nulo respeto a los Derechos Humanos en esos países. En unas y otras latitudes, hay un factor común que afecta lo que está sucediendo en todos los lugares, tan distantes unos de otros, de América Latina a Marruecos, de Siria a El Salvador, de Kurdistán a Argentina, el capitalismo y sus intereses son el motor de los estrujantes hechos aquí y allá.

El primer filme “Tránsito”, de Toni Sánchez Bernal, nos presenta la contraposición de visiones entre Mariano, un anciano en la última etapa de su vida, y quien tiene una visión ideal de las posibilidades de éxito para el hombre que emigre a los Estados Unidos de América, y la visión de Alex, su nieto, que no está convencido de que el “sueño americano” sea una realidad y una posibilidad segura de éxito personal y, sobre todo, de realización humana. “No quiero ir ahí para ser camarero”, replica. El abuelo lo cuestiona con que su novia está ahí y eso le pone un hándicap a Alex. Para forzarlo, Mariano le ofrece regalarle el vuelo a USA. Entre abuelo y nieto hay deliciosos diálogos que nos dejan claro su profundo amor mutuo, viven solos, comparten todo, espacios, comidas, fuego de hogar, y sobre todo el profundo cariño. Alex cede y acepta la compra del pasaje, y Mariano le anuncia que se irá a ver a su hija. Mariano sale a caminar al bosque y se siente mal y cae. Alex, prepara su equipaje para viajar a USA, al terminar llama a Mariano a su celular, para despedirse; al no responder el abuelo, el joven se inquieta y llama a la casa donde se supone que está y pide hablar con él, su alarma crece cuando le dicen que no ha ido ahí, y emprende agitada búsqueda. Mariano, caído y con fuerte dolor en el pecho, hace sus últimas meditaciones: “¿Qué me falta? ¡Quiero morir esta misma noche!” La música de fondo, de Silvio Rodríguez, pone el contexto ideal a la sensible escena: “¡Yo me muero como viví!”. Alex encuentra a Mariano aún con vida, y éste le dice: “¡Ahora, estoy vivo realmente!”, y muere entre sus brazos. El hermoso filme termina con el retorno de Alex de América, con su novia, a tomar posesión de la casa del abuelo.

El segundo filme, “Tariq”, de Ersín Silesiz, aborda el caso de una familia de Siria que tiene que huir de su pueblo para salvar sus vidas, ante los feroces y criminales ataques a la población civil católica por los musulmanes. El hijo mayor es el joven Tariq. Huyen por el bosque hasta una cueva donde tienen preparadas cosas para una eventual fuga; siguen su marcha, pero son descubiertos y abren fuego contra ellos, la madre resulta herida. Desde la cima de los montes ven cómo su pueblo arde en llamas en la noche. La madre exclama: “Dios no incendia hogares, los hombres sí”. Llegan a una casa abandonada en el campo y se instalan ahí. Por la herida recibida, la salud de la madre se va deteriorando, Tariq ve con preocupación la actividad incansable de la madre haciendo muñequitas con ramas de ciprés y pedazos de una mascada de seda azul, para ocultar su malestar. Una noche, un comando armado se acerca a la casa y tienen que salir huyendo para ocultarse entre los árboles del bosque; ahí, la madre por la fiebre, empieza a delirar y ve a Tariq arder en llamas, por lo que trata de gritar, Tariq y el padre la contienen con gran esfuerzo. La gente armada se va alejando, Tariq, cegado por la rabia, toma un pequeño piolet que lleva su padre y va a emboscar a uno de los comandos, sube a una roca silenciosamente, y se alista para asestar el golpe mortal; en el instante de darlo, Tariq ve al hombre levantar del piso a una de las muñequitas hechas por su madre, la figurita gira en el aire y el alma de Tariq se conmueve profundamente, y en silencio baja de la roca. Ya sin la madre, siguen su marcha hacia un lugar seguro.

Viene “De norte a sur, de este a oeste”, de Isabel Muradás Fernández. Filme realizado en México en 2018 y que da cuenta de un importante evento de clase mundial en nuestro país. En Ciudad de México se reunieron madres de muchos países con un dolor compartido: La búsqueda incansable de sus hijos desaparecidos. Madres mexicanas, hondureñas, nicaragüenses, salvadoreñas, italianas, tunecinas, sicilianas, senegalesas, árabes y de muchas nacionalidades más se reunieron en México en la multitudinaria “Cumbre Mundial de las Madres que Buscan a sus Hijos Migrantes”. Es un hermoso y colorido cortometraje que muestra, además del congreso de madres, hermosas vistas, estampas cuajadas de flores coloridas y dramáticas escenas de migrantes tratando de cruzar la frontera norte con USA. Las voces principales son las de Martha Sánchez, mexicana, y Catalina López, salvadoreña, pero una nutrida multitud de mujeres va exponiendo lo que ocurre en sus respectivos países. Las exposiciones de las madres dan gran relevancia al agresivo discurso de Donald Trump: “Son criminales, no van a entrar”. Un activista italiano expresa: “No tenemos otra posibilidad que levantarnos y protestar”. Otra madre mexicana nos dice: “Nos ponen muros para separarnos, pero el amor hará volar esas barreras”. Las demandas son claras, Verdad y Justicia, y que los autores sean castigados un día. Señalan también que las deportaciones aumentan día a día. La gran conclusión es: La lucha y la esperanza no se agotan.

Cierra la jornada “Sombra de las Montañas de Kurdistán”, de Azad Edvike. Este es un crudo filme, crudo por el horror que muestran sus escenas tomadas de la vida real, de los muertos y heridos de los bombardeos sobre la población civil en Siria, realizados por los kurdos alentados por los intereses de los Estados Unidos de América. Hay terribles testimonios de familias que han tenido que abandonar sus olivares para vivir hacinados en bodegas insalubres que, además, tienen que compartir con otras familias. El filme maneja un hermoso símbolo: Una llave que surte de agua a muchas personas, a los niños que llenan jarras para llevar a su hogar, a los voluntarios que la necesitan para asistir a los heridos, el caminante sediento que sacia su necesidad en el chorro amigable, todo el que se acerca a la llave, recibe el generoso chorro de agua para satisfacer su necesidad. Una madre relata: “Destruyeron nuestro pueblo, no queda nada, tenemos cien acres, queremos regresar a nuestras hojas, mi anciano padre, quiere volver a su olivo”. Una joven voluntaria informa: “Mi hermano y yo nos quedamos. Si no ayudamos a nuestra gente, ¿quién lo hará? La ambulancia viene y va incansablemente. El escenario del filme es la ciudad de Afrín y los ataques provienen de Edrográn. La gente se pregunta: “¿Qué le hicimos a Edrográn? ¿Qué le quitamos?” Este, es un pueblo aceitunero, así que cifra su esperanza en este dicho popular: “Todas las hojas caen, las hojas de los olivos no caen, debemos ser como las hojas de olivo”.

Vienen las reflexiones finales. Rosario Nieto nos hace ver que estas realidades, aunque nos parezcan lejanas, son realidades que no debemos sentir ajenas. Por su parte, Amina El Mekaoul, visiblemente conmovida, reflexiona: “Me han provocado una profunda reflexión los cuatro videos. Me han permitido comparar la migración marroquí a España con las de otros países que conozco de cerca”. Subraya que la migración es un tema complejo, es un espacio de interés. “El crimen organizado se hace fuerte con ella ¿Quién vive de esto? –se pregunta– Los países del sur de Europa, como España, que los recibe para incorporarlos al trabajo ilegal. Francia y Alemania, son otra realidad en materia de Derechos Humanos”. Señala la violencia de que han sido víctimas países como Libia, Túnez, Siria o Egipto. “Siria, está siendo atacada por el Kurdistán por interés de los Estados Unidos de América; a Siria le pasa como a México con USA, por la migración centroamericana, USA provoca el conflicto”. Reflexiona sobre su país: “Admiro a México, pero quiero estar en Marruecos, la nostalgia es también identidad”. Nos habla sobre la política fronteriza de México: “México es un gran ejemplo; el activismo multinacional es una crítica a los gobiernos. Los migrantes son una resistencia ante el poder, va más allá de la política”.

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