José Iván Borges Castillo*Leyendas del Mayab
¡Algún día llegará el Akabaal! Y cuando ese día llegue se van a lamentar de cómo tratan los objetos y “cosas” que tiene en su casa y en el solar. Era la advertencia que decían los mayores. Porque todas las cosas, en especial los objetos que no se mueven, que no tienen vida, como el banquillo, la banqueta, el cubo de lata, la olla, el vaso o la escoba, la pila o la batea, la piedra de moler, la hamaca o el lec, merecen ser tratados con el cuidado necesario para que duren y a la vez con respeto, porque aunque son usados, prestan un servicio a quien los toma.
¿Qué es el Akabaal? Es una palabra en maya con la que definen a un tiempo futuro que llegará, cuando en pleno día se vuelve de noche, cuando ocurre el eclipse de sol, que en maya decimos Chi´ibal K´iin, ocurrirá que vendrá un Akabaal señalado en los tiempos, en el cual los objetos que nos sirven en la vida cotidiana tendrán vida; será entonces que la escoba por sí sola camine, que la banqueta baile su danza al ritmo de las palmas que se escuchan cuando se pone a la orilla de las tortillas, el banquillo caminará alrededor de la casa, y todos los objetos mismos se moverán. Entonces ocurrirá algo ya esperado, darán castigo, mejor dicho, devolverán el mal trato que han recibido de sus dueños o de tal o cual persona que hizo mal uso de ellas. La jícara que tanto tiras de coraje, vendrá a golpearte la cabeza. El lec roto que aún se conserva también buscará a su agresor para darle un escarmiento, lo mismo que la escoba que tanto aporrean y tiran por todos lados. Por eso también existe la creencia de que si algún objeto sufrió un daño en manos de alguna persona, el objeto mismo debe desaparecer por medio del fuego, para que desaparezca la mala intención cuando venga el Akabaal.
El nombre de Akabaal en maya debe enternecer como el día oscurecido, su nombre hace referencia al tiempo de contar cosas, objetos, en general. Aunque hay quienes nos decían que es el tiempo malo, el tiempo del ser malo que da vida a las cosas para buscar venganza.
Y esto se extiende también a los “mul”, cerros mayas abandonados en los montes, donde aún existen viejos enseres de los abuelos, como piletas y objetos de piedra y con eso todo lo que ahí cerca se encuentre, no debe ser tomado o profanado con nuestras manos, porque esos objetos ven y escuchan aunque no tengan más vida aparente.
Uno de los nombres de los días mayas es Ak´b´al, cuyo nombre se parece al de Akabaal. El caso del Akabaal es una especia de profecía antigua de los abuelos de Tekal de Venegas, por eso nos relataban que cuando ocurría el eclipse de sol y todo quedaba oscuro, todos deberían resguárdese dentro de sus casas, quedando a la expectativa de lo que ocurriría.
Dice el Chilam Balam de Chumayel que cuando ocurre un eclipse de luna o sol “es señal que da Dios de que se igualan”, pero mientras estos hechos ocurren en el firmamento, lo oscuro que se quedan los pueblos en pleno día ha dado como resultado un sin fin de creencias en torno.
Muchas de las cosas antiguas, de esa enorme sabiduría que habitaba en nuestros abuelos se ha perdido cuando ellos bajaron a sus sepulturas, al no haber nadie que las registre escribiéndolas; ciertamente ellos transmitieron lo que a ellos sus mayores también les heredaron en creencias, las nuevas generaciones aturdidas por los avances de la tecnología moderna echan en saco roto todas las consejas y creencias que nuestros abuelos nos señalaban.
Es necesario repetir lo que escuchamos de los mayores, para que la tradición oral de mi pueblo Tekal de Venegas no se pierda y continúe. Yo sólo trasmito y conservo lo que recibí de ellos.
*Escritor comunitario