Conrado Roche Reyes
Recuerdo cuando era pequeño, mi madre me contaba que en la época que ella era una jovencita adolescente, su mamá, mi abuela “mamá Conchita”, les prohibía a todas sus hijas –mis tías más o menos de la misma edad de mamá– la lectura de los libros de un escritor muy de moda por entonces, pero muy radical en todos sentidos. Decía la abuela que ese señor Vargas Vila escribía puras “puerquesidades”; sin embargo, me confiesa mamá que ella y sus hermanas se escondían y devoraban las obras de dicho autor, que dicho sea de paso, para el día de hoy, sería un santurrón para las nuevas generaciones que miran con toda naturalidad lo que en aquellos años era considerado como cosas del demonio y que ese escritor era un “maldito”.
José MaríaVargas Vila nació en Bogotá, Colombia, en 1860 y falleció en 1933 en Barcelona, España.
Vargas Vila fue desde muy joven un ser con ideología liberal, casi anarquista. Agitador callejero, atacando sin piedad al clero y echando todas las culpas de la desgracia de Latinoamérica al imperialismo norteamericano.
Podría ser considerado como un existencialista adelantado a su época. Por haber participado en una rebelión en contra del gobierno de su país, fue desterrado. En la ciudad de San Cristóbal funda la revista Eco Andino. Siempre perseguido, su fama como agitador radical se hace mayor.
Escribe su primera novela Aura o las violetas, que fue editada en 1887 en Maracaibo. De Venezuela pasa a Nueva York, en donde trabaja en el periódico El Progreso y ahí hizo amistad con el prócer cubano José Martí, con quien compartía el ideario libertario de América Latina.
En 1892 toman el poder los partidarios de Vargas Vila, quien trabaja en el nuevo gobierno revolucionario. Regresa a Nueva York. El presidente de Ecuador lo nombra embajador plenipotenciario en Roma, y es famosa la ocasión en que se negó a arrodillarse ante el Papa. “Yo no me arrodillo ante ningún humano”. Y, a causa de su novela Ibis fue excomulgado
En 1903 funda en Nueva York la revista Némesis y desde esta ataca al gobierno estadounidense por la usurpación del canal de Panamá y la Enmienda Platt en Cuba, y publica “Ante los bárbaros”, texto por el cual es expulsado de Estados Unidos.
El presidente nicaragüense Santos Zelaya lo nombra, junto con Rubén Darío, representante en España.
Falleció de una grave enfermedad durante su estancia en Barcelona.
Su obra Aura o las violetas es una novela de amor entre dos adolescentes. La protagonista, Aura, se decide por el bienestar de su familia antes que el amor del joven quien queda devastado. En el libro se describen esbozos de erotismo que escandalizaron a las buenas conciencias. Esta su primera novela fue la primera adaptada al cine.
En las novelas de Vargas Vila, las escenas eróticas son entre hombres y mujeres; sin embargo, en su diario personal y La conquista de Bizancio son explícitamente de temática homosexual. Otras novelas suyas controversiales son Flor de fango y Las rosas de la tarde. Una de sus más polémicas obras fue Cien años de Ibis, novela erótica y misógina que fue un gran éxito, a pesar de la oposición de la Iglesia y los curas en el púlpito.
En suma, José Maria Vargas Vila, uno de los más revolucionarios y preclaros escritores latinoamericanos, vituperado –pero exitosos en su época– es al día de hoy revalorado.