Síguenos

Última hora

Califican deuda de México en moneda extranjera en BBB+; ¿qué significa?

Cultura

Selecto y delicado concierto del Quinteto Esencia de instrumentos de aliento

Ariel Avilés Marín

La música llamada de cámara está compuesta para grupos de pequeño formato, lo cual es natural, ya que el concepto de cámara implica espacios reducidos y con una delicada intimidad. Este género implica la existencia de las más variadas posibilidades de agrupar instrumentos de todas las secciones orquestales. Quizá, la más popular de estas agrupaciones lo sea el cuarteto de cuerdas, pero las variaciones en este campo son muchas y muy diversas, y pueden ir desde duetos, tríos, cuartetos, quintetos, hasta orquestas de cámara, pero siempre en un formato reducido. La Escuela Superior de Artes de Yucatán está llevando a cabo del 11 al 15 del presente, un lucido Festival de Música de Cámara y Solistas. Este evento está teniendo como sedes la propia ESAY, el Museo Palacio Cantón y el Palacio de la Música. La noche del martes 12, se llevó a cabo un concierto de este género con el Quinteto Esencia, integrado por instrumentos de aliento; cuatro maderas y un metal. El grupo está formado por flauta, oboe, clarinete, fagot y corno francés.

Este selecto grupo de cámara está integrado por músicos de la OSY, y que, además, son maestros de la ESAY; ellos son Joaquín Melo, a la flauta; Alexander Ovcharov, al oboe; César Reyes, al clarinete; Mónica Zepeda, al fagot; y Edith Gruber, al corno francés. El programa estuvo compuesto por una muy buena selección de música francesa de varios períodos que fluctuaron desde el impresionismo, hasta música moderna y contemporánea, incluyendo algunas obras con notable influencia del jazz. El contexto del concierto estuvo manejado desde la exquisitez e intimidad, el ambiente del salón estuvo puesto al servicio de este propósito, pues se tuvo una discreta y débil iluminación que contribuyó plenamente a lograr esa intimidad del alma, propicia para las obras que integraron el selecto programa. Débil iluminación del salón, y discretas lamparillas en los atriles, lograron el mágico efecto necesario para acentuar el objetivo delicado del evento.

Joaquín Melo llevó la voz cantante del evento, pues dio una información introductoria al mismo, así como puso información sobre cada una de las obras ejecutadas. El grupo da inicio al concierto con la ejecución de “Tres Piezas Breves”, de Jaques Ibert, compositor nacido a fines del siglo XIX, y cuya obra está ubicada entre las vanguardias del nacimiento del siglo XX. Su obra está calificada como música contemporánea. La primera pieza está en tiempo de Allegro, tiene una armonía disonante, la inician flauta y fagot cantando a dúo y desarrollan alegre tema, el oboe toma la voz y dialoga con la flauta y se combinan las cinco voces en un alegre tema, el fagot retoma el tema inicial y nos lleva a un rápido final. La segunda pieza la inicia la flauta sola y entra el clarinete y se enfrascan en una dulce melodía, entran fagot y oboe y se arma un delicado concertante con los cinco instrumentos que nos lleva a un delicado final. La tercera pieza se inicia con un dúo de flauta y oboe, tercia el corno con fuerza y se une el clarinete, el fagot hace ricos y llenos bajos; canta la flauta y responden los otros cuatro y dialogan y desarrollan un hermoso tema, el fagot inicia un nuevo tema y se unen los otros, se arma una grave armonía y fagot y clarinete abordan un alegre canto, canta la flauta y el fagot responde y se unen los cinco en un alegre pasaje que nos lleva al final de la obra.

Viene una Novelette, de Francis Poulenc, compositor perteneciente el llamado Grupo de los Seis; su música fluctúa entre clásica y moderna. Inician los cinco y levanta la voz el oboe y se le une la flauta, entran los cinco en perfecta armonía, el corno canta solo y se unen clarinete y fagot, y en seguida los cinco con alegría y desarrollan brillante tema, el oboe canta alegre y responde el clarinete, cantan juntos flauta y oboe y entran los cinco instrumentos en un rico concertante que nos lleva a alegre final de la obra. Ahora, interpretan La chimenea del rey René, de Darius Milhaud, otro integrante del Grupo de los Seis, con una clara influencia del jazz. La obra está compuesta por siete partes. La primera, Cortége, con un suave inicio del oboe y entra la flauta con el fagot al fondo, se aborda un pasaje grave en el que canta la flauta y se une el oboe y luego el fagot, dialogan flauta y corno y se unen las cinco voces para alegre final. La segunda, Aubade, inicia suave y dulce la flauta y responde el fagot, flauta y corno dialogan y se unen los demás instrumentos y desarrollan alegre tema que nos lleva al final. La tercera, Jonglerus, arrancan Oboe, corno y fagot y entra el clarinete y luego la flauta, y se van alternando las voces, la flauta ejecuta sonoras escalas, el fagot hace un solo grave y los cinco nos llevan a un sonoro final. La cuarta, La Maousinglade, inician los cinco instrumentos con suavidad en una dulce armonía y desarrollan un tema, el corno pone acentos fuertes y luego canta sonoro, la flauta eleva la voz grave y dulce y desarrolla un tema en stacatto, entran flauta y oboe y llegamos a un delicado final. La quinta, Joutes sur l’arc, inicia en alegre armonía con fuertes voces, cantan oboe y fagot y entra el clarinete, el corno retoma el tema inicial y nos lleva a un plácido final. La sexta, Chasse a Valabre, suena una alegre llamada a la cacería con una brillante armonía, el pícolo canta alegre y se aborda un pasaje con alegría campirana, la flauta canta con el fagot y nos llevan al alegre final. La séptima, Madrigal-Nocturne, tiene un solemne inicio, y entran oboe y flauta en dulce armonía que acompaña el grupo y desarrollan un suave tema, canta solo el corno y responde el grupo todo, de nuevo el corno y todos en armonía, se aborda un pasaje sereno y dulce que se repite varias veces y nos lleva al suave final.

Es ahora Pieza en forma de habanera, de Maurice Ravel, delicada joya del impresionismo. Antes de su ejecución, Joaquín Melo nos puntualiza que la habanera es un ritmo que surge en Cuba, específicamente en La Habana, y de allí pasa a Europa donde adquiere gran popularidad, incluso la encontramos en la música yucateca, ahí está la popular La Mestiza, de Chan Cil. Tiene un disonante inicio de los cinco instrumentos, el oboe eleva la voz y responden los otros cuatro, el oboe canta de nuevo y entra el corno y se le une el clarinete, retoma la voz el oboe y el grupo lo acompaña, el fagot marca el ritmo de habanera con un aire español, cantan oboe y flauta y el fagot aborda un nuevo tema rítmico y oboe y flauta nos llevan a un delicado final. Cierra programa Quintette, de Jean Francaix, autor moderno contemporáneo. La obra tiene cuatro movimientos: Andante tranquilo Allegro Assai, Presto, Tema con variaciones y Tempo de marcha francesa. El primer movimiento tiene un rítmico inicio grave, canta la flauta y se une el oboe, el fagot entra con ritmo y luego el corno y se arma una rica armonía, el corno canta vibrante y se une el oboe, canta el corno con sordina y luego sin sordina y se arma una polifonía alegre; se aborda un alegre tema con la voz del corno y entran oboe y flauta para llegar a un fuerte final. El segundo movimiento se inicia con la ríspida voz del corno y se arma una complicada armonía, las cinco voces se unen, la flauta canta y se une el oboe y abordan un dulce tema muy sentido que el fagot marca, el corno con sordina canta delicado y la flauta responde entra el clarinete y nos lleva al dulce final. En el tercer movimiento canta la flauta con el corno y entra dulce el fagot, corno y flauta hacen adornos floridos y el oboe entra con gran dulzura, entra alegre el fagot y la flauta hace acrobacias sonoras, se une el grupo y nos lleva al alegre final. El cuarto movimiento arranca con alegre y fuerte armonía, flauta y oboe dialogan alegres y abordan un fuerte pasaje armónico, el fagot canta grave y el corno se le une, el oboe y la flauta secundan y se integra una alegre armonía rica, se aborda un pasaje entrecortado que se repite, alegres oboe y corno y se les une la flauta y dialogan los tres, se unen las cinco voces, el corno hace unas notas vibrantes y nos conduce al alegre final de la obra. Sonora ovación del respetable corona la actuación del quinteto.

Salimos de la antigua estación del ferrocarril, con el alma llena de la delicada música francesa, tan bien seleccionada.

Siguiente noticia

El folclore, sin antecedentes, de la misma arquitectura de la mentira