Por Eloísa M. Carreras Varona
Correo desde la Isla de la Dignidad
El Museo Nacional de la Campaña de Alfabetización Cubana1 abrió sus puertas al público el 29 de diciembre de 1964. El corte de la cinta de inauguración estuvo a cargo de la Sra. Evelia Domenech, madre de Manuel Ascunce Domenech, uno de los mártires de la Campaña de Alfabetización; el Dr. Abel Prieto Morales, vice ministro de Educación, y el Dr. Armando Hart Dávalos, el joven Ministro de Educación del primer gabinete del Gobierno Revolucionario.
Este acogedor recinto se ubica en el mismo lugar donde radicó la mítica Comisión Nacional de Alfabetización y de donde salieron a cumplir su noble misión las Brigadas Conrado Benítez. Se trata de un sencillo y discreto inmueble, en las áreas de la Ciudad Escolar Libertad; lugar donde se encontraba, antes de la Revolución, el antiguo Campamento Militar de Columbia, primera fortaleza de la tiranía, la que fue entregada al Ministro de Educación, para ser convertida en una gran escuela, el 14 de septiembre de 1959. En aquel emotivo momento, Hart expresó: “Estamos interesados en que el simbolismo de este acto, revista el verdadero carácter que deben tener los cursos escolares en Cuba. Y desde este mismo lugar, en el que antes se escuchaba la voz de la tiranía, hablará ahora y para siempre la voz de la cultura, que es la voz de la Revolución”.
Esta lluviosa mañana del 19 de diciembre, para conmemorar la significativa efeméride y recordar el protagonismo de Fidel y de Hart en el trascendental suceso, convocados por la Msc. Luisa Campos, la directora del Museo, nos dimos cita en su célebre sede, estudiantes y profesores de la Universidad Pedagógica; varios alfabetizadores protagonistas de la Campaña y un grupo de numerosos amigos, entre los que debe destacar la presencia del excelentísimo señor Luis Cabrea, embajador de Nicaragua en nuestra patria; Miguel Llivina Lavigne, Oficial del Programa de Educación de la Oficina Regional de la UNESCO de La Habana y la socióloga y documentalista estadounidense Catherine Murphy, realizadora del documental “Maestras”.
La directora ?visiblemente emocionada? recordó que la génesis del Museo fue idea del propio Comandante Fidel Castro, quien con admiración expresó, desde entonces, que en el mundo se preguntarían cómo fue posible lograr esta hazaña en un solo año y por ello convocó a crear el Museo como la fuente para la memoria viva que ha logrado ser. Por eso, en su Sala principal se conservan valiosas piezas que nos recuerdan la histórica epopeya, en la cual, más de setecientos mil cubanos aprendieron a leer y a escribir. Se destacan por su valor histórico los documentos del Maestro Voluntario Conrado Benítez,2 un fragmento de la soga con la que asesinaron al niño alfabetizador Manuel Ascunce Doménech,3 y las botas del maestro Delfín Sen Cedré.4 Del mismo modo, se guardan celosamente todos los documentos vinculados a la Campaña desde el mes de octubre de 1960 a febrero de 1962. De esa valiosa papelería con valor patrimonial, la directora resaltó en sus palabras los siguientes documentos: los materiales didácticos como la Cartilla Venceremos y el Manual Alfabeticemos; las cartas de los alfabetizados a Fidel; las memorias Municipales y Provinciales; los tomos de las sesiones técnicas, estadísticas, propaganda y la coordinación general; 1,006 expedientes de los Brigadistas Conrado Benítez; los 3,840 expedientes de los Maestros Voluntarios; la documentación del Campamento Varadero y la Escuela de Pescadores; el Informe de la UNESCO en español, inglés y francés; desde luego, ya conocemos que también atesora fotos, grabaciones discográficas, documentales y notas de prensa, objetos y pertenencias de los mártires, entre otros apreciables documentos.
El Museo está adscrito a la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona y es el único de su tipo en Cuba y en el mundo, porque no solo conserva y promueve las huellas y la memoria de nuestra primera Revolución Educacional que dio inicio a la Escuela Cubana de Alfabetización, sino que desde el año 1976, atesora también, la labor solidaria de los maestros internacionalistas en 30 países de Asia, Africa y América Latina.
La valiosa documentación, que ha sido guardada con tanto esmero, ya fue inscrita en el Programa Memoria del Mundo de la UNESCO y en la actualidad en este significativo espacio, ya tiene su lugar la Cátedra Honorífica Armando Hart Dávalos de la Universidad Pedagógica.
En el 47 aniversario del Museo y a propuesta del Dr. Hart, la Junta Nacional de la Sociedad Cultural José Martí otorgó el reconocimiento La Utilidad de la Virtud, en aquella ocasión el Dr. Hart subrayó en sus palabras de elogios lo siguiente:
“Cuando la Junta Nacional de la Sociedad Cultural José Martí decidió realizar este otorgamiento, se estaba sin duda cumpliendo con un acto de justicia, gratitud y estímulo hacia la Institución, que ha venido recogiendo de manera sistemática todo lo relacionado con la inmortal Campaña.
No es casual que cuando se enumeran los más importantes acontecimientos de la historia revolucionaria cubana, esté incluida de manera relevante la Campaña Nacional de Alfabetización, como uno de los triunfos de más largo alcance obtenido por la Revolución en sus años iniciales, y punto de partida de los sustanciales avances posteriores en la educación, la ciencia y la cultura.
Sirva asimismo, esta ocasión, para evocar en el centenario de su natalicio al querido compositor revolucionario de altos valores musicales, Eduardo Saborit, quien compuso el inolvidable “Himno de las Brigadas Conrado Benítez”, símbolo de aquella gesta que quedó inmortalizado hasta nuestros días, en esos bellos y emocionantes versos.
Digamos, finalmente, que de la Campaña podemos extraer valiosas experiencias y conclusiones, con plena vigencia y utilidad para las nuevas generaciones que vivirán hasta bien entrado el siglo XXI, y me ofrezco a aportar mis modestos conocimientos y a acompañarlos en ese propósito.
Reciban la dirección del Museo y sus trabajadores, mi reconocimiento sincero por la labor incansable y útil desarrollada hasta hoy, la que seguramente continuará en el futuro con el mismo empeño y devoción que los ha caracterizado”.
1 Museo de la Alfabetización. Se encuentra situado en lo que fuera el Cuartel Columbia. Muestra los hechos y procesos históricos más importantes acaecidos en el país y las personas que participaron en la Campaña de Alfabetización, centra su temática en conservar los materiales y objetos que tuvieran relación con la Campaña y pertenencias de los Mártires de la Alfabetización. Fuente Ecured.
2 El Maestro Voluntario Conrado Benítez, fue el primer mártir de Alfabetización. Había sido ubicado para cumplir estas nobles funciones en la zona de Las Tinajas, en el Escambray, allí acondicionó un espacio como escuelita para dar sus clases. El 4 de enero de 1961, fue capturado por una banda de bandidos contrarrevolucionarios alzados en esa zona de Trinidad, quienes después de torturarlo y golpearlo, lo asesinaron. La Brigada de Alfabetizadores que fue creada en enero de 1961 por la Revolución adoptó su nombre.
3 Con solo 16 años de edad, el joven Manuel Ascunse Domenech, se incorporó a las Brigadas Conrado Benítez, y fue ubicado para alfabetizar en la zona montañosa del Escambray, en la casa del campesino Pedro Lantigua. El 26 de noviembre de 1961, ambos fueron hechos prisioneros por los alzados miembros de la banda del criminal Emilio Carretero; con posterioridad fueron salvajemente torturados y ahorcados, en la zona de Limones Cantero en el Escambray.
4 El Maestro Voluntario Delfín Sen Cedré, fue el obrero mártir de la Alfabetización, se incorporó a la Campaña integrando las brigadas Patria o Muerte, tenía a su cargo la tarea de crear un campamento para albergar a los alfabetizadotes en la finca Novo, resultó torturado y asesinado el 3 de octubre de 1961.