Ivi May Dzib
Cuando la gente dice “yo no entiendo ese empecinamiento de López Obrador por seguir apoyando a Maduro”, me preocupa o que vivamos entre sordos o que tengamos serios problemas de comprensión, ya que el señor presidente de la república se tomó la molestia de responder a ese por qué no ir en contra de Maduro como lo hacen los otros mandatarios, sencillamente porque lo dice la Constitución, entonces la queja tendría que ser “yo no entiendo cómo es que López Obrador se empecina en escudarse en la Constitución para no validar la intervención de Estados Unidos en Venezuela. La situación es importante porque si es cierto que a Maduro le interesara la gente de su país, hace tiempo que se hubiera hecho a un lado, pero pensar que al gobierno gringo le interesa la población venezolana también es pecar de ingenuo y sería validar otra masacre como en los países que han sido intervenidos en Medio Oriente. Dicen las mismas personas quejosas que la decisión de López Obrador de no apoyar a Estados Unidos y demás países de Latinoamérica para derrocar al gobierno venezolano deja mal parado a México en el plano internacional, porque entendemos que ser cómplice de Trump y Bolsonaro nos deja mejor parados como país y nos convierte en una civilización con miras al progreso o al menos eso es lo que está implícito en el discurso. Y cuando vemos que Rusia y China dan su apoyo a Maduro, un apoyo real que se traduce en complejizar aún más el conflicto, entendemos entonces que esto no se trata de las personas, sino del poder.
Yo sigo sin comprender cómo es que la gente dice no comprender las cosas cuando son claras, y sucede lo mismo con la izquierda, personas que siguen apoyando sin chistar a Chávez y Maduro, aferrándose a la idea de que el imperialismo es malo y la izquierda de facto es buena, sin ponerse en el lugar de los vejados, los oprimidos y los perseguidos, siguiendo el otro discurso de que si estás en contra del imperio eres la onda y si decides no apoyar los intereses políticos de otras naciones te comportas como dictador. Porque todo tiene que ver con ser simplistas en los constructos que nos marcan una línea ideológica, pero lo que veo es que este pensamiento arcaico que se plantea con una postura a lo Trump de tumbar a Maduro a como dé lugar, no difiere mucho con la del actual mandatario venezolano.
Y si seguimos con las decisiones del presidente de México, como que uno va teniendo la sospecha de que un buen número de personas considera más importante que una parte del dinero del erario siga en los bolsillos de los políticos y sus familiares de hasta cuarto grado, además de sus amantes, que en el bolsillo de los ninis a los cuales por un monto mínimo se les pide que aprendan un oficio por mínimo 30 y un máximo de 40 horas a la semana, porque igual y consideran más sano que los vividores de siempre sigan presumiendo su vida ostentosa en las redes, a que algunos cientos de los miles de jóvenes marginados tengan una posibilidad en la vida, aunque igual y piensan que si están jodidos es porque quieren, porque el cambio está en uno...
Para concluir, hay que señalar que en Estados Unidos los intelectuales piden no intervenir en los asuntos con Venezuela, en cambio aquí, “intelectuales” yucatecos le piden a AMLO intervenir en el país latinoamericano, que porque si no se ve mal, y nada peor en el mundo que verse mal...
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