Cristóbal León Campos*
I
La idea de Nuestra América, su identidad y su conformación como proyecto de unidad, encuentra en las plumas de Simón Bolívar y José Martí sus raíces más profundas, la “Carta de Jamaica” y el ensayo “Nuestra América” son documentos fundacionales de una corriente emancipadora, opuesta en esencia y espíritu a los imperios de Occidente. Nuestra América es la semilla que florece en el andar descalzo de sus pobladores originarios. Es la esperanza y promesa del porvenir que nos guía en el presente, al mirar las actuales condiciones de vida de los pueblos latinoamericanos, es la invulnerable esperanza que sobrevive al perjurio.
En este sentido, Leopoldo Zea, reconoce que tanto la “Carta de Jamaica” como el ensayo “Nuestra América”: “son eslabones de una misma historia que habría siempre que leer y releer tantas veces como cambien las circunstancias que deben afrontarse, con la seguridad de que en ellas se encuentran respuestas a los problemas que esta Nuestra América sigue enfrentando”.(1) Con esas palabras reconoce el filósofo mexicano el origen, el génesis de la identidad, unidad y filosofía latinoamericana, en dos de los principales intelectuales, que no sólo pensaron nuestras realidades, sino que sobre todo actuaron para transformarlas y otorgar a quienes somos el valor y reconocimiento que se había negado por el colonialismo.
Leopoldo Zea defendió durante toda su vida académica la existencia y la necesidad de estudio de la filosofía latinoamericana, núcleo de pensamiento que ha dado razón a nuestras repúblicas y que ha generado nuestras particularidades en el campo de las ideas. Zea defendió ante el eurocentrismo la existencia de nuestra raíz de pensamiento, nuestra filosofía que nos define como latinoamericanos, desde luego ya Martí había sentado las bases y antes que él Bolívar había llamado a la construcción de otra América.
La producción intelectual de Leopoldo Zea se comprende por más de sesenta libros. Sus obras son constancia de su pensamiento centrado en torno a la idea de la integración latinoamericana e identidad cultural de la región. El propio Zea señala: “A lo largo de la historia de la América Latina se han planteado dos grandes problemas estrechamente relacionados entre sí: el de la identidad y, a partir de ella el de su integración en relación distinta a la que le han venido imponiendo los coloniajes desde 1492”.(2)
Su mirada a la realidad latinoamericana expresa la originalidad del pensamiento y filosofar de nuestros tiempos, partiendo de una proposición no eurocentrista, diferenciándose así de la mayoría de quienes han pretendido hacer filosofía desde Nuestra América. En palabras de Tzvi Medin: “trata de un perspectivismo ideológico y político, atacando, precisamente al colonialismo y al imperialismo cultural”.(3)
Es de notarse la influencia que ejerce sobre Zea el apóstol cubano José Martí. El conocido ensayo “Nuestra América”, señala el sendero que paso a paso siguió durante sus reflexiones el filósofo mexicano. Valga recordar que el mismo Martí marcó ese sendero de forma clara al decir que: “Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas. Y calle el pedante vencido; que no hay patria en que pueda tener el hombre más orgullo que en nuestras dolorosas repúblicas americanas”.(4) Sin duda, la obra de Leopoldo Zea, es continuidad del pensamiento latinoamericano original y autóctono. Se alimenta del Viejo Mundo, es verdad, pero únicamente toma algunos paradigmas necesarios, hasta ahí, no va más allá, su filosofía es tal como anunciara José Carlos Mariátegui “Ni calco ni copia” es definitivamente “construcción heroica”.
(Continuará)
Notas y referencias
1. Leopoldo Zea: “Introducción”, en José Martí a Cien Años de Nuestra América, México, UNAM, 1993, p. 10.
2. Leopoldo Zea: Fuentes de la cultura latinoamericana, México, FCE, tomo II, 1993, p. 7.
3. Tzvi Medin: “Leopoldo Zea: en nombre de América Latina, en nombre de la humanidad”, en Cuadernos Americanos, núm. 107 (septiembre-octubre) 2004, p. 25.
4. José Martí: “Nuestra América”, en Obras Escogidas. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, t. 6, 1975, p. 18.
* Integrante del Colectivo Disyuntivas