Conrado Roche Reyes
El libro que tuvo a bien obsequiarme Raúl Vela tituado Campamento Mérida. Prescencia de Sandino en Yucatán narra con toda veracidad y amenidad la estancia del héroe mártir nicaragüense en nuestras tierras.
Comienza diciendo que el 11 de julio de 1929, procedente de Veracruz, arriba al puerto de Progreso de Castro, Yucatán, el vapor Superior, trayendo entre sus pasajeros a Augusto César Sandino y su estado mayor. El “General de hombres libres” llegaba a tierras del Mayab con motivo de un ofrecimiento del gobierno mexicano de permanecer en Yucatán en tanto se decidiera la forma de apoyar la causa sandinista que luchaba por la salida del ejército estadounidense, que venía ocupando el territorio nicaragüense.
Al arribar Sandino al puerto de Progreso, él y sus hombres fueron objeto de una bienvenida compuesta por una nutrida concurrencia que encabezaban líderes de la poderosa Federación Obrera de Progreso, que esperaban en el muelle.
El Partido Socialista del Sureste iniciaría contactos con el General a su arribo a Mérida.
El General y su comitiva se trasladaron al hotel Llano, ubicado en la tradicional zona de los portales, donde desayunaron y posteriormente acudieron a un mitin.
Fueron los organismos de trabajadores porteños los que organizarían el mitin en el teatro Variedades, donde congregaron a cientos de sus miembros, más los ciudadanos por sí solos, a un evento que encabezaba un personaje que había despertado la simpatía de los yucatecos por las publicaciones que se habían hecho en la prensa local previas a su llegada.
Días antes se había publicado en la prensa local, en el Diario de Yucatán, el reportaje “ La política americana de Sandino”, en el cual se señala que el General “salió de Nicaragua en busca del ambiente que necesita la causa rebelde que defiende, y para hacer de ella propaganda mundial. Considera que ello será más eficaz que los fusiles y las balas que nunca le hicieron falta. Nunca aceptará ponerse al frente del gobierno de su patria. Sabe vivir de su trabajo, y considera que hay nicaragüenses más aptos para esa tarea”.
Declara al diario: “Estabamos incomunicados con el mundo exterior. Nos hacía falta no armas ni dinero ni cartuchos, sino el apoyo moral, la simpatía que siempre hemos tenido de todos los pueblos de América. Nos agobiaba el silencio, el aislamiento, la desesperación de permanecer ignorados. Nos hacía falta que el mundo conociera que aún estábamos en la lucha. Por eso salí de Nicaragua”.
La entrevista fue hecha por el periodista Sixto Frías.
Ya en Mérida fue también objeto de un gran recibimiento, principalmente por parte de los jóvenes estudiantes progresistas. Las actividades de Sandino en Yucatán son relatadas de modo sucinto. Por ejemplo, nos dice el autor que el archivo de Sandino quedó bajo custodia de la Logia Masónica. Tuvo también algunas decepciones e intento de regresar a Las Segovias. Se relata el activismo y compromiso del General desde Yucatán, sus andanzas por Mérida, la gran amistad con el yucateco Anacleto Solís, su insistencia de una audiencia con el presidente de la república y los más importantes acontecimientos durante la estancia de Sandino en Yucatán.
En resumen, es un importante acontecimiento que nos arroja más luz a la gallarda y valiente figura del general Augusto César Sandino. Todo esto sucedido aquí en nuestro querido Yucatán.