Ivi May Dzib
Ficciones de un escribidor
Sin importar que tenga dos años
o toda una vida
le llega a su pecho la misma bala.
Sin importar que su hija pequeña
lo vea a los ojos
mientras se desangra, a todos
por igual se les mutila.
La piedad es una madre que mata
a sus hijos antes que los torturen
de manera innecesaria,
porque las astillas rebotan por
toda la habitación y a nadie le importa,
como si los labios no fueran labios
ya que no hay más rojo que la sangre.
Un alma rota camina por la escarpa,
escupe y se frota
las manos con cierta complicidad,
se regocija de tanta matanza,
en el viento de los huesos
desnudos y una mariposa toca
la crisálida que la vio salir,
entre risas y rencores.
Manipular los números
hasta confundir las estadísticas,
esa es la forma de habitar la realidad.
Como si la realidad fuera
un monstruo que está siempre a tu lado.
De la noche un bosquejo y una palabra,
del día una nota triste e impotente,
como los deudos que no descansan
de tanto ir y venir porque el alma está podrida
ya que no fuimos capaces de cambiar de careta.
ivimay@hotmail.com