Cultura

En defensa de la Patria y de la memoria histórica

Eloísa Carreras Varona

Correo desde la Isla de la Dignidad

El XXIII Congreso Nacional de Historia de Cuba acaba de celebrarse en la ciudad de Bayamo, provincia de Granma, entre el 15 y 17 de abril de 2019. El alto cónclave estuvo consagrado a rendir homenaje al bicentenario del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes y al 60 aniversario del triunfo de la Revolución cubana.

La apertura de la magna cita estuvo a cargo del MSc. Jorge Luis Aneiros Alonso, presidente nacional de la Unión de Historiadores de Cuba, y en esa propia sesión inaugural se realizó el panel titulado “Carlos Manuel de Céspedes en la historia de la nación cubana”, que contó con las intervenciones del Dr. Eduardo Torres-Cuevas, presidente de la Academia de la Historia de Cuba; la Dra. Mercedes García Rodríguez, especialista de la Academia de la Historia de Cuba; el MSc. Ludín Fonseca García, historiador de la Ciudad de Bayamo y el Lic. Daniel Aldo Naranjo Tamayo, director de la Casa Natal Carlos Manuel de Céspedes. Asimismo, en la sesión inaugural, se promovió el nuevo sello editorial de las Ediciones UNHIC, con el libro digital “El estandarte que hemos levantado. Carlos Manuel de Céspedes. Apuntes cronológicos” del propio historiador Aldo Daniel Naranjo Tamayo y se pusieron también a disposición del público los números 6 y 7 del 2017; 8 y 9 del 2018 y 10 del 2019, de la revista El Historiador. Por último, en esta decisiva e ilustre inauguración el Dr. Torres-Cuevas presentó los magníficos tomos I y II de Las Constituciones en Cuba.

El XXIII Congreso fue una extraordinaria cita en la que alrededor de su Programa General participaron unas 300 personas, entre las que podemos destacar a estudiosos, especialistas e investigadores de esta ciencia en todo el país; relevantes personalidades de la historiografía cubana, premios nacionales de Historia, estudiantes de las carreras afines de Historia y Marxismo; artistas de esa región; personal del Teatro Bayamo y de la Escuela Camilo Cienfuegos de esa ciudad, que fueron los principales espacios donde tuvo lugar el cumplimento del extenso programa académico y científico de la cita y, asimismo, el Congreso, contó con el coauspicio del Ministerio de Cultura y su red de instituciones nacionales, además del respaldo de las entidades culturales, académicas, del Partido, Estado y el gobierno en la provincia de Granma, las que apoyaron decididamente el buen desarrollo del importante encuentro.

Todas las ponencias que fueron aprobadas previamente para su participación siguieron un largo recorrido para poder ser expuestas en el marco del Congreso, porque primeramente se presentaron en los eventos de base y provinciales organizados por las filiales de la UNHIC en cada territorio y luego fueron aprobadas por la Comisión Nacional de Admisión al Congreso, la cual estuvo integrada por relevantes personalidades de esta materia en el país.

El enjundioso Programa Académico y Científico del certamen fue armonizado por medio de conferencias, intervenciones especiales, pósters, paneles y ponencias, dispuestas en sesiones plenarias y en comisiones. En su totalidad, en la cita se expusieron más de un centenar de ponencias, organizadas por sus temas en las 4 Comisiones que sesionaron de la siguiente forma: Comisión no. 1. El proceso de formación de los Estados nacionales. El Estado nación; Comisión no. 2. Las luchas por la independencia y la liberación nacional en Cuba entre 1868 y 1958; Comisión no. 3. Problemas teóricos y metodológicos de la investigación y la enseñanza de la Historia, y Comisión no. 4. Revolución cubana: procesos culturales, relaciones internacionales e internacionalismo. Estas temáticas, a su vez, fueron tratadas “desde diversos enfoques, tales como investigaciones históricas y culturales, estudios arqueológicos, museológicos y museográficos, enseñanza de la Historia, metódica de la investigación, archivística, bibliotecología y preservación del patrimonio histórico-cultural y natural”. Justamente, en el marco de la Comisión no. 4, se le rindió homenaje a la inolvidable figura del Dr. Armando Hart Dávalos, con el trabajo titulado: “El Fondo Personal de Archivo Crónicas del Dr. Hart, fuente para el estudio e investigación de su vida, obra y pensamiento. Contribución a la socialización de los valores a partir de los productos histórico-culturales y educativos del patrimonio atesorado. La colección ‘Cuba, una cultura de liberación…’ ejemplo de caso”.

En el Congreso también tuvo lugar un importante Programa colateral que se inició el día 14 con una visita a la ciudad de Santiago de Cuba, en la que los delegados e invitados recorrieron el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia;1 el cuartel Moncada y el puerto santiaguero. El segundo día tuvo lugar el panel “60 años de la Revolución cubana: aproximaciones a un trascendental acontecimiento político y sociocultural”, a cargo del Dr. Eugenio Suárez Pérez, director de la Oficina de Asuntos Históricos Consejo de Estado; el Dr. e investigador Elier Ramírez Cañedo; el Dr. Hebert Pérez Concepción, profesor titular de la Universidad de Oriente, y la Dra. Mildred de la Torre Molina, coordinadora de Ediciones UNHIC y de la revista El Historiador.

Hasta el Obelisco de Dos Ríos, ese lugar sagrado de la Patria y al hospitalario pueblo de Jiguaní se trasladaron los participantes para rendir el merecido homenaje a nuestro Apóstol José Martí, con las emocionadas palabras del Dr. Israel Escalona. En el histórico y hermoso parque del pueblo jiguanicero; las niñas y los niños sirvieron de anfitriones a la numerosa y emocionada delegación del Congreso que los visitó. En el portal de la actual Galería de Arte de Jiguaní, fue desvelada una tarja que servirá para que de forma permanente se recuerde el histórico suceso que tuvo lugar allí en el año 1956, cuando se desarrolló el XII Congreso Nacional de Historia, el último en la etapa de la República Neocolonial en Cuba.

En el marco del evento también se dio a conocer que la próxima cita de los historiadores cubanos se realizará en la ciudad de Pinar del Río.

1 Espacio sagrado que acaba de recibir el Premio Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos, en la categoría de Conservación, que otorga cada año de entre una lista muy selecta, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural Cubano.