Síguenos

Última hora

Elon Musk señaló que ciberataque contra la red social X tendría la posible participación de un grupo o país

Cultura

Ecos de mi tierra

Luis Carlos Coto Mederos

398

El burro de don Francisco

Don Francisco Pantaleón

un burro viejo domó

y luego lo dedicó

a cargar con un serón.

Hasta que en Educación*

de libros lo cargó un día,

y aquel animal venía

queriendo dar a entender

que ya sabía leer

por la carga que traía.

José Miguel Mederos

*Dirección municipal de Educación.

399

La mula del poeta

En estos tiempos de agua

que se han presentado aquí,

quien tenga una mula así

no tiene que coger guagua.

Con un poco de faragua

ya está el asunto arreglado,

y en este sitio intrincado

ni un intelectual calcula

lo que resuelve una mula

a un poeta divorciado.

Porfirio Valdés Álvarez

400

El tubo de pasta

La pasta empezó a escasear,

pero yo que vi ese lío,

llevé para el cuarto mío

un tubo sin estrenar.

Las vecinas del solar

formaron un vacilón,

y la mujer de Ramón

que allá por mi cuarto anduvo

no hizo más que verme el tubo

y me le dio un apretón.

Una gordita muy fea,

vecina de Pedro Cano,

cuando lo cogió en la mano

lo apretó con mala idea.

Teresa, Petra y Andrea

armaron un desafío,

y la viuda de Darío

que se cree muy recatada,

ayer por la madrugada

se prendió del tubo mío.

La cocinera Vicenta,

que es negra de sociedad,

lo agarró por la mitad

y casi me lo revienta.

La batalla más violenta

fue con Juana Montes de Oca,

esa sí se volvió loca

y en el momento preciso,

vino, y sin pedir permiso,

me lo apretó con la boca.

Y después de mi derrota

a ninguna se lo presto

porque el tubo se me ha puesto

que no suelta ni una gota.

Yo me las di de patriota,

de inteligente y bravío;

pero con el fallo mío

las nenas se aprovecharon

y entre todas me dejaron

con el envase vacío.

Jesús Pérez Pérez

 

401

La suerte de Coronado

A orillas de mi retiro

vive el señor Coronado,

un viejo muy desdichado

de aspecto rudo y guajiro.

Me dijo: ¡Le ronca el güiro,

mi mujer es mi verdugo!

Y yo el entrecejo arrugo,

porque en mi cubana grey

al que nace para buey

del cielo le cae el yugo.

La esposa de Coronado

es bastante jovencita,

viste como princesita:

buena media y buen calzado.

El está desbaratado

lleno de arrugas y canas,

y su muchacha con ganas

se asocia con los de altura:

al que nace para cura

Dios le tira la sotana.

La esposa sale a pasear,

y él lava, plancha y cocina,

remienda, muele la harina,

barre y se pone a fregar.

La señora al regresar

lo ha tratado como un mico;

le grita: Viejo borrico,

la cama no la has tendido.

Y bajo de ella metido

está cantando el perico.

Contemplando a Coronado

y otras tantas, tantas cosas,

digo que son horrorosas

las tragedias del casado.

Yo no sé si equivocado

estoy, o tengo razón,

pero sigo mi opinión

porque le temo al fracaso:

¡ni con los guardias me caso,

yo me muero solterón!

Clemente Cañer Montenegro

Siguiente noticia

¿Vivir en tiempos interesantes?