Síguenos

Última hora

Elon Musk señaló que ciberataque contra la red social X tendría la posible participación de un grupo o país

Cultura

La Virgen de Fátima, patrona de Mérida, una tradición diluida

Conrado Roche Reyes

Recuerdo que de niño se festejaba en Mérida a la patrona de nuestra ciudad, la Virgen de Fátima, que se conmemoraba el 13 de mayo. Esa fecha constituía para entonces la máxima conmemoración religiosa. Por las noches en todas las casas de los barrios y de las incipientes colonias se colgaba a las puertas de las casas faroles que iluminaban las calles antañonas con una hermosa luz casi interna. Era la fecha en que, desde días antes, se hacían novenas en diversas casas del barrio. La Iglesia y los sacerdotes de entonces ofrecían a los feligreses misas largas, de tres padres y cantadas. La liturgia era todavía en latín y nos repartían a la salida de la Iglesia a los niños variadas golosinas y dulces elaborados por las señoras del rumbo. En las novenas, a las que acudíamos todos obviamente, la más famosa era la una señora llamada doña Angustias Incháurregui, “doña Guty”. Sonajas y panderetas acompañaban con cánticos alusivos después de los rezos de rigor: “El 14 de mayo la Virgen María bajó de los cielos a Cova de Iria (los chiquitos decíamos “copa de día”). La celebración de la Virgen de Guadalupe se realizaba, por supuesto, pero no con la magnitud que la televisión ha logrado durante los últimos años. Realmente, en mi niñez, conocíamos (por la doctrina en la iglesia de Santa Ana) toda la historia del indio Juan Diego y la Virgen, pero la celebración era mucho menor. Repito que, siendo la patrona de la ciudad de Mérida, muy noble y muy leal, la Virgen de Fátima, esta era la fiesta religiosa emeritense por excelencia.

La historia de la Virgen de Fátima, como todas las milagrosas, tiene algo de leyenda y verdad. Se dice que el 13 de mayo de 1917, la Virgen se le apareció a tres niños pastores en Cova de Iria, Portugal. Los niños eran Lucía, Francisco y Jacinta. Sin embargo, la Virgen se le apareció en un total de seis veces a los pastorcitos. Siempre el día 13 de cada mes. Como la Virgen les pronosticó, Francisco y Jacinta murieron pronto, no así Lucía. En la tercera aparición, la Virgen reveló a Lucía un secreto que dejó pálida a la niña y muy asustada. En la última aparición, ante miles de peregrinos, después de la aparición de la Virgen se produjo el milagro del Sol, que tembló.

Lucía entró a un convento. La Virgen le dio a sor Lucía tres secretos, el último de los cuales le prohibió revelar.

La primera parte es la visión del infierno. Y la segunda anunciaba la guerra. La tercera, que se dice que fue leída por varios papas (no se debía de abrir hasta 1960) se especula que se refiere a una gran apostasía.

La realidad es que el clero, amenazado por las leyes de 1917, reforzó a la Guadalupana, con la advocación de la de Fátima, entrelazándolas con los edictos de Roma. No solo Mérida fue en un principio del siglo XX protegido por la virgen Fátima, sino que todo el país.

Lo que sucede es que a nuestra ciudad le vino más, se le quiso más y se le adoró y conmemoró mucho más a la Virgen de Fátima que a la de Guadalupe. Había desfiles de gremios, entradas y salidas de los mismos. Los chiquitos corríamos por las calles y parques gritando vivas a Fátima, a imitación de nuestros padres. Sin embargo, a partir de la irrupción de la televisión en los hogares meridanos (dinamita pura), el culto a la Virgen de Fátima se fue diluyendo, dando paso al culto, mucho más clamoroso y espectacular, a la Virgen de Guadalupe, con lo que ahora vemos: antorchistas, fiesta en San Cristóbal en su honor, y en su día, a la Guadalupana, la televisión desde la mañana comienza con la transmisión, muy profana por cierto, del 12 de diciembre, con sus máximas estrellas haciendo y formando parte de un show mediático guadalupano, mientras aquí en Mérida, el 13 de mayo, pasa prácticamente desapercibido en este siglo XXI, aunque la patrona de la ciudad de Mérida sea la Virgen de Fátima.

Siguiente noticia

La Muralla de La Habana