José Iván Borges Castillo*
Historia e iconografía
A mi pueblo adoptivo Chumayel
El sagrado crucifijo venerado bajo el título de Transfiguración y advocación de Señor de Chumayel tiene su origen en los primeros dos siglos de la dominación española, cuando la iglesia de ese pueblo se encontraba bajo la administración religiosa de los frailes franciscanos, los principales actores en la extensa labor de cristianizar a los pueblos yucatecos. La referencia más antigua que señala la existencia de un culto al crucificado y, desde luego, la presencia de este milagroso crucifijo la tenemos a finales del siglo XVII, específicamente en el año de 1697.
Cuando rayó el alba de la primera evangelización a mediados del siglo XVI, llegaron al pueblo de Chumayel los hijos de San Francisco, el cordón franciscano es marco de esta historia. En capítulo se erige el convento de San Miguel de Maní en 1549, quedando como cabecera de doctrina, y como su dependiente se colocó a Chumayel como pueblo de visita. Los franciscanos llegaron a este pueblo, bautizaron y dieron catecismo; con la ayuda de los nuevos cristianos erigieron su capilla y se le dio por título a la Concepción de la Virgen.
A escasas décadas y para una mejor administración religiosa, se funda el convento de San Pedro de Teabo, en 1609, pasando Chumayel a formar parte de su jurisdicción siempre como pueblo de visita. El cronista religioso fray Diego López de Cogolludo refiere sobre el pueblo: “A la casa del pueblo de Tiab, (Teabo) se le dio título de convento el año de 1609… y sus visitas… la Pura Concepción de la Virgen de Chumayel...”.
La iglesia de Chumayel perteneció bajo la administración religiosa de los padres franciscanos hasta la secularización del convento de Teabo, en 1821. Luego continuó como pueblo auxiliar de la misma parroquia, como se ha mantenido hasta la actualidad.
Para el año de 1697, sabemos de la existencia ya de la imagen del Cristo en la iglesia de Chumayel, y para entonces con una profunda devoción en su entorno concretada por los parroquianos, quienes se organizaron en una cofradía para su honor.
La devoción al Cristo de la Transfiguración se consolida en el siglo XVIII, dado las múltiples referencias entorno a su culto. Sin embargo, son escasas las referencias sobre su composición. Lo único que tenemos claro, por los documentos, es su título de “Santísimo Cristo de Chumayel”.
No tenemos más información del origen de este milagroso Señor de Chumayel. Es probable que fuera llevado a la comunidad como imagen de Cristo Nuestro Señor para presidir el presbiterio mayor de esa iglesia y, estando expuesto a pública veneración, floreció en la comunidad una profunda devoción hacia esta sagrada efigie.
Todo esto en cuestión del origen histórico de este crucifijo. Como objeto santo de veneración, también existen alrededor de él varias leyendas de su místico origen. Cuenta la leyenda más popular que una tarde de la época de sequía, que corresponde a los meses de marzo o abril, fue encontrado en el fondo de un pozo público, que actualmente quedó dentro de los terrenos de la escuela primaria Sebastián Díaz Marín.
Para el siglo XIX, en especial en el año de 1820, tenemos unas muy breves descripciones del Cristo en el inventario parroquial, que se repiten y se le agregan nuevos datos sobre sus bienes en 1853, cuando ya había pasado la Guerra de Castas.
Un inventario parroquial firmado por fray Marcelino Vera, en la secularización del convento de Teabo, refiere sobre el mobiliario de la iglesia de Chumayel lo siguiente: “Primeramente la Santa Efigie de vara de alto con corona, potencias clavos dorados… colocado en el altar principal”.
En visita pastoral del obispo Leandro Rodríguez de la Gala al pueblo de Chumayel, se revisaron de nueva cuenta los inventarios parroquiales y se registran nuevas adquisiciones en favor del culto al Señor. En el apartado especialmente formado se describe: 1 Señor de la Transfiguración… con sus adornos de plata, más 40 azucenas del mismo Señor, 3 más de oro con sus piedras ordinarias.
El Cristo de Chumayel continuó recibiendo seguramente valiosos obsequios por sus devotos en agradecimiento.
A principios del siglo pasado tuvo cabida la persecución religiosa; gobernaba Mons. Martin Tritschler y Córdova como arzobispo de Yucatán. La furia anticlerical llegó a Chumayel, entonces ya formado en municipio. En Teabo, por orden del comandante militar de Tekax, Antonio Magaña Cossío, se preparó un gran quemazón de imágenes sacras, especialmente del Santo Cristo de Chumayel, que fue trasladado a Teabo, el 6 de noviembre de 1915, donde se realizó su cometido de quemar en la plaza principal iconos e imágenes sacras… En tanto el Santo Cristo de Chumayel fue rescatado por la habilidad de don Amado Carrillo y Florentino Cetina, que lo llevaron a esconder en una cueva, donde permaneció por tres años. Algunos dicen que lo guardaron en una casa particular y otros que en el mismo local del Ayuntamiento. Pasada la etapa de gran persecución religiosa, cuando los aires de paz soplaban para la iglesia, se supo de la existencia del Cristo Negro en resguardo, puesto que allí también se le tenía especial veneración por sus visitas anuales; los de Chumayel creyeron que trataban de quitárselos y fueron en tropel a reclamarlo. Temerosos de castigo divino, los que lo resguardaban dieron sin resistencia la sagrada imagen, pues no había mala intención, según dicen algunos. Lo cierto es que aquel evento ha creado infinidad de conjeturas entre ambos pueblos, los de Chumayel temerosos cuidan celosamente su sagrada imagen y no permiten su salida del lugar por ningún motivo.
Símbolos de la imagen
La hornacina: la hornacina principal del retablo de la iglesia de Chumayel está destinada para resguardar al Cristo de la Transfiguración, desde luego que ocupar el lugar principal en el templo nos habla del lugar privilegiado en la devoción de la comunidad. El retablo está fechado en el año de 1738, y por su hechura al parecer desde ese entonces fue construido con la finalidad de resguardar la sagrada efigie.
La Santa Cruz: el Santo Cristo crucificado se encuentra clavado en un cruz de color negro, con discretos relieves tallados, sus marcos forados con pequeñas líneas delgadas de plata y flores del mismo material. En los extremos laterales y superior lleva también unas discretas cubiertas de metal, y las letras INRI son de plata.
Según un inventario parroquial de 1853, la Cruz es de madera de ébano.
En la parte inferior, en que la cruz se sostiene de la peana, contiene lo siguiente: “Loiso JoseptXVA”, que quiere decir “Lo hizo Joseph XVA”, este corto mensaje se borró con el tiempo dado a la humedad de esa parte de la cruz, por su escritura se evidencia un castellano del siglo XVII.
El Cristo: descansa sobre la Santa Cruz un Cristo clavado y muerto, es una talla delicada que muestra aun las expresiones de un cuerpo sufrido, con expresiones de dolor en sus manos recogidas. Al parecer el Cristo fue en un principio de color claro, pero con el paso del tiempo se ennegreció, lleva en su interior un cendal tallado en madera, material del que está realizado todo la imagen, contenía un nudo a la izquierda, pero que fue retirado desde tiempo atrás. Este antiguo cendal no se aprecia por los cendales de telas y bordados con los que la devoción suele vestirlo.
Clavos: los clavos que sostienen al Cristo en la Cruz son tres, su material es plata. Llevan al frente cada uno, una flor de cuatro pétalos con el centro de una piedra preciosa, desconocemos con precisión qué tipo de gema es.
Coronas de espinas: lleva sobre su cabeza una cabellera natural, sobrepuesta a la imagen, sobre el cual descansa una corona de espinas de plata, con sus tres potencias elevadas, tiene la corona diferentes estrellitas de oro. La corona de plata es mencionada en el inventario de 1820, como parte de lo que ya portaba el Cristo de Chumayel.
Corona de oro: sobre la corona de espinas se coloca una corona de estilo imperial de oro, obsequio de sus devotos. Esta corona lo porta la sagrada imagen en los días de sus fiestas principales.
Cendales: uno de los medios principales que se ha volcado la devoción popular para manifestar su devoción, en agradecimiento o solicitando un favor, es donando un cendal que porta el Cristo en ocasiones solo por breves momentos, dado a la gran cantidad que de ellos llegan en los días de fiesta. También se ha optado desde hace muy breve tiempo, el colocarle unos sudarios en los lados. Ambos cendales y sudarios son obras muy elaboradas que muestran el verdadero arte con que fueron creadas, van desde hilo contados, Xocbichuy, pinturas, estampados, encajes y todo material ocurrido.
Peana: la peana donde se sostiene el sagrado crucifijo para estar levantado es una obra delicada y de especial mérito. Contiene los cuadros del viacrucis tallados en relieve, con bordes de plata en las orillas.
Hoy 3 de mayo, día de la invención de la Santa Cruz, todo el sur de Yucatán y de los muy diferentes caminos de toda la nación se dirigen peregrinos y devotos para venerarlo en este día especial. Son muchos los que se declaran deudores de este milagroso crucifijo y son tantos los obsequios que llegan hasta su altar que evidencia la gratitud de sus devotos.
Concluyo con un verso hecho jarana yucateca:
Que viva mi Cristo
de la Transfiguración
Que impere doquiera
triunfante su ley.
Viva Cristo Rey
¡Señor de Chumayel!
* Historiador.